Archivo

Posts Tagged ‘Hollande’

De vencedores y vencidos

La política se ha desprestigiado tanto que compite con los reality show. Los políticos reciben clases de interpretación, aprenden a gesticular en público y cuidan la escenografía como si fuesen a rodar la segunda parte de Lo Que El Viento Se Llevo. Algunos, incluso se visten y maquillan como galanes de cine.

Los medios de comunicación tienen mucho que ver con esta degradación de la política en espectáculo de masas. No es de extrañar que, cada vez que acaba una cumbre europea, la mayor parte de los periódicos, radios y televisiones se pregunten ¿Quién ha ganado? ¿David Cameron o Hollande? Como si un acuerdo presupuestario fuese un partido entre el Real Madrid y el Barcelona. Partidos en los que, en ocasiones, siquiera importa ya el resultado; sólo el duelo RonaldoMessi. El morbo por bandera.

Pero mientras algunas dan por ganador a los contribuyentes netos, es decir a Alemania (que se ha encontrado un aliado sorprendente en el Reino Unido) y por derrotado a Hollande, lo cierto es que los únicos que perdemos somos los europeos. Es el sueño de una Europa unida, fuerte y próspera el que se va por la alcantarilla.

La decisión de claudicar ante las teorías de la austeridad es un error de bulto. Ni España, ni Francia, ni Italia debían haber accedido al acuerdo. Este no sólo refuerza el carácter germanófilo de la UE, sino que también destruye las aspiraciones de solidaridad intercomunitaria por más de una década. Crea, además, un conflicto. O al menos, lo larva. El Parlamento Europeo puede revelarse y vetar el acuerdo. Aún está por ver si los europarlamentarios los tendrán puestos en su sitio o se acojonarán en el último minuto. Pero si el Parlamento Europeo cumple aquello que lleva meses anunciando y rechaza los presupuestos, surgirá un conflicto institucional grave en la UE. Se enfrentarán, y puede que a cara de perro, el poder legislativo elegido directamente por los ciudadanos de la UE, con el poder ejecutivo, creado a partir de la elección de gobiernos en cada país. Un conflicto que irá más allá de lo económico y lo institucional: la confrontación de las dos Europas: la de los Estados y la Europa de los ciudadanos.   

La pelota está en el tejado de Hollande

El pasado martes, la Asamblea Nacional comenzó los debates para la aprobación del Pacto Fiscal. Hollande prometió en las elecciones una renegociación del mismo. Sin embargo, el Pacto Fiscal que sacraliza la austeridad se llega a la Asamblea Nacional sin ningún cambio y en medio de la indignación de la izquierda francesa.

La ministra de la vivienda, Cecile Duflot, militante ecologista, ya se ha posicionado en contra y promete votar contra el Pacto de Estabilidad Europeo. Y todo apunta a que no será la única deserción que sufra Hollande como decida apoyar la Europa de los recortes impuesto por Merkel y que tanto criticó durante las elecciones.

Los sindicatos franceses tampoco están quietos. Han convocado una huelga y una gran movilización para el próximo martes día 9. Y no debemos olvidar que fueron los sindicatos franceses quienes lograron doblegar la estúpida, antidemocrática y antisocial constitución europea que ZP y Rajoy se encargaron de vendernos a los españoles con medias verdades y mentiras como barcos.

Las manifestaciones y la tensión están creciendo en Francia. Y cada vez se escucha más un mismo grito: juntos podemos. España, Grecia, Italia, Portugal, Irlanda, Francia, todos juntos, podemos acabar con la tiranía de las políticas que nos están conduciendo al abismo.

En un momento en el que aún todo está por decidir. Cuando la UE no tiene otro plan que esperar un año a que pasen (el 27 de octubre del 2013) las elecciones alemanas. E incluso cuando se están replanteando los pactos y plazos acordados en junio para la entrada en vigor del supervisor bancario y la ayuda a la banca española, Francia tiene la oportunidad de liderar Europa, avanzar hacia el federalismo y lograr una nueva política económica para Europa que nos saque, por fin, de esta maldita crisis.

Ahora Hollande tiene todos los ases en su mano. Es el momento de demostrar que es el estadista que prometía ser, la gran esperanza para la socialdemocracia europea y el hombre capaz de ganar la batalla a Merkel. Y todo pasa por decir no al Pacto Fiscal.

Si Hollande acaba por claudicar ante las imposiciones de Merkel, podemos despedirnos de lograr ninguna mejoría de la crisis antes del 2014, puede que incluso del euro. Quizás esta sea la última oportunidad que tiene Europa de hacer bien las cosas. La decisión tendrá, también, fuertes repercusiones en toda la socialdemocracia Europea.

 

Los dueños del Euro

05/09/2012 1 comentario

El futuro del euro está en manos de ocho personas, son los dueños del euro. O casi. Se trata del Tribunal Constitucional de Alemania, que deberá resolver sobre la constitucionalidad o no de los compromisos acordados por Merkel en Bruselas y el visto bueno logrado en el Parlamento alemán. Cosas de la  vieja Europa.

La arquitectura del euro y el modelo de <<democracia indirecta>> de los órganos ejecutivos de la UE subordinan toda decisión política a que Alemania la considere correcta y ajustada a su ordenamiento jurídico. Un modelo difícil de tragar y que cada vez tiene más detractores. El problema de fondo es la falta de una dirección democrática en la Unión Europea, un problema que solo tiene  dos soluciones posibles: o la disolución de la Unión o avanzar decididos hacia los Estados Unidos de Europa. Ni que decir tiene que soy partidario de este último camino. Pero ¿están dispuestos el resto nuestros gobernantes? Y sobre todo, ¿estará dispuesta Alemania?

Alemania está cómoda en la actual situación económica y política. Son los dueños y señores de Europa y lo saben. Nadie les está haciendo sombra. Siquiera Hollande está tan activo como se le esperaba, como prometió en su campaña electoral. Pero ya se sabe: después de conseguido, nada de lo prometido.

Los ocho miembros del Tribunal Constitucional de Alemania, desconocidos para cualquier europeo y sin ninguna legitimidad fuera de las fronteras germanas, ya forzaron duras condiciones para dar luz verde al Tratado de Lisboa en 2009 y endurecieron aún más las condiciones de los préstamos a Grecia. Incluso, impusieron límites en  la creación del Fondo de Estabilidad Europeo (EFSF). Ahora, tendrán que decidir sobre el pacto fiscal y el nuevo mecanismo de estabilidad.

Nadie quiere oír hablar de un posible NO del constitucional alemán, pero las posibilidades, como han apuntado algunos, roza el 40%. De hecho, la resolución debería haberse dictado en julio, pero entonces – contra todo pronóstico – decidieron darse dos meses más para estudiar si la aprobación parlamentaria de los acuerdos encajaba o no en la legislación constitucional alemana. Señal incuestionable de los conflictos existentes dentro del propio tribunal.

En cualquier caso, la situación y los precedentes hacen sospechar de una resolución favorable pero condicionada. Un Sí con letra pequeña que toda Europa se verá obligada a acatar. Por eso, los movimientos que veamos esta semana en el BCE serán tan determinantes. Si el BCE no logra conservar su independencia de Alemania y los tratados acordados por los gobiernos de la Unión se ven – por  enésima vez – enmendados por el Constitucional Alemán, la crisis de Europea tendrá tintes muy peligrosos. Nadie podrá hablar entonces de co-soberanía o libertad de mercados; certificaremos la caída de Europa en manos de un nuevo Reich. Entonces, las palabras de cierto eurodiputado que recordó que <<muchos murieron para evitar que Europa fuese dominada por Alemania>>, cobrará un terrible sentido.

La decisión del constitucional alemán se espera para el día 12 de septiembre, el próximo miércoles. No creo que Rajoy mueva ficha alguna hasta saber las conclusiones del tribunal. A partir de entonces, y con las reglas que se manejen tras esta fecha, los diferentes países implementarán sus estrategias. Aunque con la experiencia que tenemos, no me extrañaría que este gobierno patinase apresurando las cosas más de lo necesario.

Mañana tendremos a Merkel paseando por Madrid, y Draghi reunido en la sede del BCE. Veremos que nos depara la jornada, pero es posible que todo continúe en tablas a la espera de la resolución del Constitucional. Y mientras el médico se esteriliza las manos una y otra vez, el paciente con hemorragia.

 

Draghi contra Draghi

30/07/2012 1 comentario

El presidente del Banco Central Europeo se descolgó la semana pasada con un firme: <<créanme: será suficiente>>. Sólo esa frase sirvió para que la prima de riesgo bajase casi 50 puntos de golpe, y todas las bolsas europeas se disparasen, logrando unas subidas de las que ya nadie recordaba.

Los halcones germanos negaron que el BCE fuera a comprar deuda pública de España e Italia. Pero su negación fue más lenta y silenciosa de lo acostumbrado. Esta vez, las críticas a las políticas expansivas y la adquisición de deuda han sido mucho más sutil que en otras ocasiones. Incluso se esperó a que los mercados hubiesen cerrado para evitar que nadie se le atragantase el festín.

¿Quiere decir que el BCE se comportará como prestamista último, al menos durante un tiempo, tal como hace el Banco de Inglaterra o la Reserva Federal? La verdad es que esta opción es más que improbable. La última vez que el BCE compró deuda de países en dificultades fue en 2011, y costó una crisis dentro de la entidad: dos de los consejeros dimitieron. Axel Weber y Jürgen Stark se largaron dando un portazo y criticando la decisión de compra de deuda, aduciendo que el BCE estaba asumiendo unos riesgos excesivos. Sin embargo, los cambios acontecidos desde entonces dentro de la cúpula del BCE hacen más probable una acción discreta de compra o toma de posición a favor de los países que están sufriendo la especulación en los mercados.

A esta posibilidad es a la que se aferra el gobierno del PP. O bien a un enmascaramiento de la acción del BCE a través del fondo de rescate u otro instrumento comunitario. La variable está más en la forma que en el fondo, pues en última instancia quien pone los dineros sobre la mesa es el BCE, ya sea comprando deuda directamente o financiando a quien la deba comprar.

No obstante, este no es el único instrumento al servicio del BCE. Una posibilidad que cada vez cobra más fuerza es bajar los intereses de depósito. ¿Y esto que significa? Bien, resulta que los bancos tienen dinero. De hecho, aunque parezca mentira, Europa nada en liquidez, sobra liquidez, nos sale la liquidez hasta por las orejas. ¿Cómo es esto posible? Porque la falta de alternativas de inversión hace que el flujo de capitales se detenga y el dinero se esconda en el calcetín.

El calcetín de los bancos se llama: Banco Central Europeo. Allí es donde las entidades financieras europeas depositan sus ahorros. Es cierto que durante los dos últimos años, el BCE ha subastado cantidades importantes de dinero. Pero todo este capital se ha dirigido al pago y refinanciación de deudas o ha regresado al BCE a la espera de mejores tiempos. Una bajada drástica de los tipos – incluido los negativos – podría significar que las entidades se vean obligadas a mover ese dinero.

En cualquier caso, las decisiones de Draghi tendrán que ser muy distintas a las que ha tomado hasta el momento, y probablemente no gusten nada a los neocon germano – nórdicos. Pero es lo que hay. Es el precio de la independencia de la institución. Hasta el momento, en Europa sólo de debatía sobre ajustes y recortes, sobre políticas económicas basadas en el control del déficit público. Nadie se atrevía a cuestionar las casi teológicas directrices germanas. Hoy, eso ha cambiado. Ya no sólo existe un único punto de vista y un solo camino para salir de la crisis.

Antes era muy fácil para el BCE ser independiente. Bastaba con no cuestionar las recetas apuntadas desde Alemania. Ahora, la cosa está más complicada. No hacer significa dar la razón a los halcones de Alemania, hacer algo, dársela a Hollande y Monti. Draghi lo sabe y buscará la vía intermedia: actuar sin que se note. Un difícil ejercicio de malabares, pero necesario. Nos va mucho en ello; no solo el euro.

 

¿A qué juegan algunos medios de comunicación?

23/07/2012 1 comentario

El día de ayer, algunas televisiones nacionales dieron como noticia la existencia de un bulo en internet en el que se afirma que existen medio millón de políticos en España. Aseguraban que esto es falso, y que en España sólo existen 73.000 políticos electos, 65.000 de los cuales son concejales, el 90% de ellos sin remuneración alguna.

Esta afirmación sólo encierra una verdad a media. Nosotros, en este blog, hemos defendido muchas veces que existen 77.000 cargos electos, 350.000 políticos cargos de libre designación y 100.000 sindicalistas. Sólo Rajoy tiene más de un centenar de asesores.

La diferencia entre los 77.000 cargos electos y los 73.000 está en las diputaciones y órganos comarcales, cuya designación recae sobre concejales municipales y la duplicidad de algunos políticos, que son parlamentarios y senadores. La diferencia entra las cifras es de sólo un 5%; nada mal para elaborar los datos a partir de una información parcelada, pues no existe en España un registro en el que consultar el número y función de los cargos públicos.

La crítica – lo hemos dicho  muchas veces – no es por el número de electos. Número que estaría algo por debajo de la media europea. La crítica se dirige directamente a los cargos de libre designación, al personal eventual de los gabinetes y a los asesores.

Los alcaldes de capitales de más de 200.000 habitantes suelen tener secretaria personal, jefa de prensa y una media de dos o tres asesores. Todos puestos de libre designación. ¿Por qué no utiliza a los funcionarios?  La respuesta, para muchos, es obvia.

País de ciegos se ha posicionado contra la reducción en el número de concejales y parlamentarios. Consideramos que ni constituye un ahorro significativo, ni favorece la correcta gestión de las instituciones. De hecho, hemos dicho en muchas ocasiones que, una hipotética reducción de los cargos electos, supondría una lesión muy grave de la democracia, impediría la presencia adecuada de las minorías en los parlamentos y provocaría una mayor desafección de los ciudadanos y las instituciones democráticas.

Igual que hemos defendido la conservación del número de concejales y parlamentarios, cuya reducción a nuestro juicio obedece a intereses partidistas y resulta intolerable, hemos denunciado la existencia de redes clientelares en la administración. Un número desproporcionado de asesores y puestos de libre designación, así como un entramado parapolítico formado por sindicatos, organizaciones patronales, fundaciones y oeneges que viven casi exclusivamente de las subvenciones, es decir, del dinero público. Lo hemos denunciado y lo seguiremos denunciando, tal y como hacen también otros muchos blog independientes.

Puede que algunos consideren que el asesor de un político no es un político. Una discusión conceptual que no me atañe. Para mí, quien es designado por un político para una función pública sin haber pasado unas oposiciones y con un criterio ideológico – partidista es y será un político.

Podemos equivocarnos, en cuyo caso rectificamos sin problemas, pero jamás engañar, ni faltar a la verdad. Desconozco las razones por las que ciertas televisiones han sacado esta noticia. Quizás no tenían otra información que ofrecer. Qué curioso. Con la de cosas que pasan en el mundo y en España. Más curioso resulta que, algunas cadenas que han cuestionado el “bulo de los 450.000”, dieron por buena una información sobre Hollande, en la que se afirmaba que había retirado las ayudas a la Iglesia, cosa que está en su programa pero aún no ha hecho. Espero que por falta de tiempo.

No sé a qué juegan, ni que pretenden intentando desacreditar la información que dio a conocer, si no estoy mal informado (si lo estoy pido perdón) el diario online El Aguijón, y a los blogs y ciudadanos que, tras contrastarla y hacer sus propios cálculos, han difundido esta información.

La cadena de televisión en la que vi la noticia habló también de los sueldos de los políticos, indicando el salario que cobra el actual presidente del gobierno. De lo que se olvido mencionar es de qué también cobra por ser diputado, por dietas y como presidente del PP. Resulta que los ingresos que escandalizan es del hecho de cobrar varios sueldos y simultanear cargos para engordar la nómina. Nosotros nunca habíamos hablado de los salarios de los políticos, pero aprovechamos la ocasión para mostrar nuestra indignación ante el cobro de varias nóminas. En política se debería pagar por la dedicación exclusiva, y no por el número de cargos que se ocupa. Un político, un sueldo, si quiere simultanear responsabilidades es su problema.

Invitamos al lector a contrastar toda información. Y recordamos que no somos un blog de noticias. Nosotros somos un blog de opinión, y mil cargos arriba o mil cargos abajo nos la resbala: SOBRAN TODOS LOS POLÍTICOS NO ELEGIDOS EN LAS URNAS. Si quiere llamarlos asesores es problema cada uno, pero que sepan algo: LOS ASESORES TAMBIÉN SOBRAN. Exigimos conocer con claridad el número de asesores en todas las administraciones, sus salarios y funciones. También queremos saber el dinero público que acaba en manos de “entidades sin ánimo de lucro”. Nosotros, por lo menos, estamos un poquito hartos de que se ejerza la solidaridad con el dinero ajeno, se haga sindicalismo con cargo a los presupuestos generales y se financien religiones o ideologías con nuestros impuestos.

 

Hollande versus Rajoy versus Monti

Las comparaciones son odiosas y con frecuencia injustas. Las circunstancias de España, Francia e Italia no son las mismas. Tampoco nuestra historia y formas de ser son iguales; pero singularidades a parte, somos países con muchas, muchísimas cosas en común. Pero sobre todo, con la voluntad férrea de construir juntos un futuro común.

Es inevitable que las comparaciones surjan, y con ellas se evidencien nuestras fortalezas y debilidades como país. Esto no debería ser un problema. Al contrario, es la oportunidad de crecer y mejorar, siendo también generosos con el resto de pueblos que forman la UE.

También nos da la oportunidad de juzgar distintos estilos de hacer política y enfrentarse a los problemas.

En los últimos días, circula por internet una carta con los “éxitos” de la gestión de Hollande al frente de su gobierno. Este texto es un bulo. En él puede apreciarse un despropósito absoluto en las cifras. Se afirma que con sólo 2,3 millones de euros se construirían 4.500 jardines de infancia, es decir 511€ por escuela.

Tampoco es cierto que se hayan suprimido las ayudas a la Iglesia, tal y como se afirma. Es falso, estas ayudas se mantienen. Existe, eso sí, un compromiso electoral de reformar la constitución para que Francia se defina como un Estado Laico, y suprimir “algunas” ayudas. Pero esto no se ha hecho aún y dependerá de la Asamblea Nacional.

La contratación de científicos es un proyecto que lleva tiempo en marcha en Francia y que implica a tanto el Estado cómo a la inversión privada. El número aportado por el citado bulo, quizás no sea exacto, pero parece bastante aproximado a la realidad de años anteriores.

Los maestros contratados hasta el momento, eran contrataciones previstas hace ya tiempo por el anterior ejecutivo de Sarkozy.

No existe en Francia nada parecido a “bono – cultura” o “comités de emprendedores estatales” encargados de gestionar las ayudas públicas. Esto es uno de los disparates más importantes del texto.

Es una pena que algunos estén recurriendo a la intoxicación para intentar sacarle los colores al gobierno de España. ¿Acaso no da ya suficientes razones para la crítica que hay que buscarlas en la mentira?

Puede que, lo que pretendan sea arrimar el ascua a su sardina. Pero resulta que el Psoe y Partido Socialista Francés se parece lo que un huevo a una castaña. Además, resulta que el referente histórico del Psoe siempre ha sido la socialdemocracia alemana. Y fue Schroeder quien inició la política hoy continuada por Merkel que tantos problemas ha generado en Europa. Basta con escuchar a Almunia para saber lo que realmente piensa el Psoe.

Por nuestra parte, que ni ganamos ni perdemos nada en esta pelea de putas viejas, confiamos en la verdad y la razón, el diálogo y los argumentos. No nos hicimos eco de las mentiras – algunos querían que publicásemos el texto –, ni lo haremos nunca.

Considero que los grupos prosocialistas que circulan por la red, manipulando y extendiendo bulos, harían mejor en hacérselo mirar por un buen especialista.

Aprovechamos la coyuntura para hacer un resumen de las decisiones más conocidas de Hollande, Rajoy y Monti. Algunas, la verdad, resultan envidiables. Y es cierto que las medidas de Rajoy son las más antisociales y las que peor resultado están cosechando. Por ejemplo, la prima de riesgo española estaba por debajo de la italiana y ahora es la española la que está muy por encima de la italiana. Razón: Monti ofrece más credibilidad a los mercados que Rajoy. 

HOLLANDE RAJOY MONTI
Sustitución progresiva de los vehículos oficiales por híbridos de fabricación francesa. Subida de 3 puntos en el IVA 20.000 Millones de ajuste.
Contratación de 2.560 jóvenes científicos en 175 centros de investigación (con apoyo privado). 65.000 millones en recortes y ajustes. 10.000 Millones para el crecimiento.
Impulso europeo a las políticas de crecimiento. Reducción de los subsidios de desempleo.  Desaparición de la ayuda de 400€. Aumenta el periodo de cotización: 42 años para los hombres y 41 para las mujeres.
Reducción de los salarios de los altos cargos del gobierno en un 30%. Supresión de la paga extra de navidad en la administración. Congelación de las pensiones de más de 960€.
Supresión de la subida del IVA prevista para el 1 de octubre. Reforma Laboral: facilita el empleo y resta fuerza jurídica a los convenios colectivos. Tasa especial para los bienes de lujo y los coches de alta gama.
Adopción de un código deontológico que regula el uso de vehículos en viajes oficiales: estos se realizarán prioritariamente en tren. En avión en clase turística. Aumenta el número de personal eventual y asesores en Moncloa en un 28% (de 192 durante el gobierno Zapatero a 245 en el actual). Supresión de las Juntas Provinciales.
Reducción del IVA que afecta a la cultura de un 7% a un 5,5% (2,5% para estrenos teatrales). Derogación de facto de la ley de dependencia. Beneficios fiscales para la inversión en empresas.Iglesia

Algo que llama mucho la atención a los ciudadanos es el lujo de los coches oficiales y los viajes de los políticos. Hollande lo sabe y ha decidido apostar por vehículos ecológicos, de producción francesa, y gama media. Además, aconseja a todos los altos cargos de su administración, ministros incluidos, que cojan el tren y eviten los aviones. En su caso, siempre vuelos comerciales y en clase turista.

Aun está por ver que los costes del viaje de un ministro, asesores y seguridad compensan. El viaje en tren de Hollande a Bruselas no fue más barato que si lo hubiese hecho en avión privado. Sin embargo, la política es algo más números, también son gestos, actitudes, manera de hacer las cosas. En Francia, donde los políticos siempre se han caracterizado por “vestir ropa de diseño francés”, esos pequeños gestos son muy bien recibidos por la población, incluso constantemente demandados. ¿Serían igual de bien recibidos en España? Quiero pensar que sí. Pero en España tenemos los políticos que tenemos y sería demasiado pedirles peras a un olmo.

Vender la piel antes de cazar al oso

03/07/2012 6 comentarios

Rajoy anda en sus líos europeos. No ha tenido tiempo para ocuparse de los fuegos que arrasan España, figurada y literalmente hablando. Para eso están los subordinados. Si tiene tiempo para ir al fútbol. Pero es que una final desde el palco de autoridades no es algo que pueda disfrutarse todos los días.

Quizás para justificar tanto viaje, aunque a todos se nos antoja que han sido Hollande y Monti quienes han hecho todo el trabajo, Rajoy nos ha vendido el acuerdo en el Consejo de Europa. Sin embargo, ayer se desmarcaron los finlandeses asegurando que nos vetarán el acuerdo. A joderse.

Lo cierto es que la actual Unión Europea, con su bajo perfil democrático y sus ineficientes sistemas de decisión, es incapaz de asumir el liderazgo que la crisis económica le exige. La información que llega del frío gobierno finlandés implica el retorno a las posiciones iniciales. Es decir, más ajuste fiscal, más recortes y ninguna compensación.

Nuestra prima de riesgo, es decir, lo que nos cuesta obtener financiación en los mercados, sigue lastrando nuestras posibilidades de crecimiento. La falta de soberanía común sobre el euro está arrasando los pilares fundamentales de nuestra economía y lleva a la desesperación a millones de familias, que no sólo están pasándolo muy mal sino que tampoco ven esperanza alguna en el horizonte.

En las actuales circunstancias, debemos volver a plantearnos si realmente nos interesa o no pertenecer a un club al que no le importamos una mierda. Quizás sea mejor mandarlo todo a hacer puñetas y comenzar de cero que seguir insistiendo en un proyecto cada vez más injusto y perjudicial para nuestros propios intereses.

Europa no ha aprendido a aplicar la regla de oro de toda negociación: gana-gana. Las discusiones en el seno de la UE siguen planteándose en términos chovinistas en los que, inevitablemente, uno debe perder para que el otro se salga con la suya.

Esta no es la Europa que nos vendieron ni la que nos interesa. Eso es lo primero que tendría que tener claro Rajoy. Por desgracia, nuestro estadista jefe, se dedica a vender la piel antes de haber cazado nada. El PP saltó de alegría al ver que crecimien se cobraron la pieza germana que buscaban. Pero ese sueño ha durado lo que dura una lluvia de verano, y sólo tres días después de haber alcanzado los acuerdos, estos parecen evaporarse en medio de tanta calima. Las espadas vuelven a estar en alto por la amenaza de Finlandia, y aún queda por saber qué dirá el constitucional alemán de los acuerdos suscritos. Porque esa es otra, Alemania, antes de entrar en el euro, se curó en salud protegiendo constitucionalmente su independencia. ¿Alguien desliará el lio europeo? Quien lo desliará, el desliador que lo deslíe, buen desliador será. 

El precio de la indecisión

Ayer de Guindos solicitó el famoso rescate a la banca, pero sigue sin desvelar las condiciones del mismo. Como era de esperar, los mercados reaccionaron en contra: la bolsa se hundió un 3,67% y la prima de riesgo volvió a elevarse hasta los 517  puntos.

Nada causa más daño  a la economía de un país que la indecisión. Casi ha transcurrido un mes desde el anuncio del rescate financiero a la banca y aún no sabemos nada de él. Desconocemos los plazos de devolución y los tipos de interés del préstamo. Incluso aún seguimos sin tener claro si computará como deuda del estado (es decir, afectará al déficit público) o no. a la par que se hacía pública la carta enviada por de Guindos  al Eurogrupo, el ministro de Asuntos Exteriores dejaba entrever que la posibilidad de un rescate directo a la banca, sin pasar el dinero por las manos del Estado, estaba sobre la mesa.

La gestión de la comunicación sobre todo este asunto está causando tanto daño como la propia crisis de Bankia. El gobierno juega con una agenda más interesada en combatir el descrédito interno y la desilusión que el gobierno de Rajoy está provocando entre sus propios votantes, que en los intereses reales de España.

Resulta evidente que el gobierno no quiere hacer nada antes de septiembre. Antes de actuar, espera lograr que la Unión Europea ponga en marcha las distintas medidas que favorezcan el crecimiento. Si en su momento Rajoy apostó todo a complacer a Merkel, ahora confía en que los resultados de las gestiones de Hollande y Monti en la Unión Europea contribuyan al crecimiento económico y la salida de la crisis.

Rajoy no está gobernando. En el mejor de los casos gestiona. En vez de asumir responsabilidades y actuar con urgencia para clarificar la situación en España, intenta ganar tiempo para subirse al tren ganador en el último momento. El problema es que aún no es seguro que Hollande logre sus objetivos en Europa, ni que seamos capaces de subirnos a ese tren una vez se ponga en marcha.

Y mientras el presidente Rajoy deshoja la margarita, la bolsa por los suelos, la deuda por las nubes y los ciudadanos sufriendo los recortes impulsados por su gobierno. 

A buenas horas mangas verdes

24/06/2012 1 comentario

La teoría se confirma: Merkel ha esperado hasta el último momento para dar su brazo a torcer. No será tampoco una claudicación, ni será inmediata, pero menos da una piedra. Ha sido necesario que Europa esté al borde de la alcantarilla, para que la Canciller alemana se dé cuenta de la necesidad de afrontar la crisis desde otro paradigma.

Tras la cumbre a cuatro de Alemania, Francia, Italia y España, se podrá en marcha un plan de crecimiento, se flexibilizan las condiciones del BCE para acceder a financiación, el Fondo de rescate actuará a favor de las deudas soberanas e incluso se aprobará una tasa sobre las transacciones bancarias. Vamos, gran parte de lo que Obama, Hollande, el FMI y hasta los chinos venían pidiendo desde hacía meses.

¿Por qué se ha esperado tanto? Dos razones: 1º/ Alemania ha tenido que ver las orejas al lobo para solidarizarse con los países en dificultad. Sólo cuando la recesión comenzaba a llamar a sus puertas, han movilizado los recursos que Europa precisa para remontar esta difícil situación. 2º/ Hasta que Hollande y Monti no le han puesto huevos a la tortilla, los líderes – por decir algo – como Rajoy bailaban al son tirolés de Merkel.

Pero sobre todo, que nadie se llame a engaño, el cambio de actitud de Merkel no se ha debido ni a la diplomacia, ni a las presiones, ni a ninguna súbita conversión. La razón hay que buscarla en los datos de venta de coches. Desde que se enteraron que en España se compran menos coches que en Marruecos, y que cada vez nos gusta menos eso de la tecnología alemana, empezaron a cambiar de criterio.

Aún queda pasar el escollo del Consejo Europeo de la semana que viene, donde aún habrá algún “espabilao” que se oponga. Después vendrán los chicos de gris, los tecnócratas robotizados de la Unión, y sus debates jurídicos. Con suerte, para septiembre la cosa ya podrá estar en marcha. Nos viene bien, para esa fecha el gobierno también tiene previsto tomar la última y definitiva decisión sobre los bancos – basura españoles.

El anuncio de ayer es insuficiente. Tampoco se van a dar prisa. Pero más vale tarde que nunca. 

Semana de vértigo

Iniciamos una de las semanas más importantes de la historia reciente. Hoy lunes y mañana martes, el G20 intentará doblegar la obstinación alemana y lograr que Merkel acepte una flexibilización en las medidas de ajuste presupuestario y austeridad.

Acabando la semana, los líderes de los cuatro grandes del euro: Alemania, Francia, Italia y España intentarán acordar una posición común para el Consejo Europeo que se celebrará la semana próxima.

Todos son conscientes que el euro está en juego. Y hablar del euro a estas alturas es hablar de la unidad europea y en consecuencia, de la estabilidad, la prosperidad e incluso la paz en el viejo continente.

Angela Merkel sigue aferrándose a las doctrinas de Friedman y la escuela de Chicago. Parece difícil que Obama y Hollande logren convencerla. Al menos esa imagen es la que la canciller alemana se empeña en transmitir. Cuestión distinta es si sus discursos tienen una lectura interna, de bálsamo hacia sus electores y los sectores más conservadores de su país,  o realmente comprometerán la política común europea.

La victoria de Hollande en las legislativas, donde ha vuelto a recibir un apoyo mayoritario del pueblo francés, y los resultados griegos, que abren la puerta a un pacto de unidad nacional entre conservadores y socialdemócratas, que despejaría dudas sobre la voluntad de cumplir o no los acuerdos de la troika, invitan al optimismo.

El presidente francés lleva semanas trabajando para socavar la fuerza germana en el continente. Lo ha hecho buscando la alianza con Estados Unidos, el primer interesado en que a Europa le vaya bien tras los propios europeos. También apoyándose en Mario Monti para sumar fuerzas de cara al próximo Consejo Europeo.

Hollande no ha dejado nada al azar. Ha trabajado mucho para ganarse el apoyo de diferentes líderes europeos, o al menos lograr que no se opongan a sus propuestas de crecimiento y mancomunación de deudas. También ha combatido a Merkel en su propio terreno. Cuando eligió a Ayrault como primer ministro sabía bien que hacía.

Este profesor de alemán, germanófilo, habilidoso gestor y claro exponente del socialismo reformista es, pese a su carácter discreto – o quizás por eso – hombre influyente dentro y fuera de Francia, en especial en Alemania, donde tiene contactos y amigos dispuestos a jugar en su equipo.

Hollande se reunió con líder socialdemócrata alemán, Sigmar Gabriel, para tratar de consensuar con él una posición común en la izquierda europea ante los problemas del euro. La reunión significó que Sigmar llamase a Merkel solicitando un giro en su política y una flexibilización de las condiciones impuestas a Grecia.

La estrategia del actual presidente francés, quien ya se ha convertido para muchos en la gran esperanza europea, es clara: aislar a Alemania tanto dentro como fuera de la Unión Europea, aumentando al máximo y lo que sea necesario la presión internacional sobre la cancillería germana, y llevar el debate a la propia Alemania.

Hasta ahora, Merkel había logrado presentar los problemas europeos a la opinión pública alemana como un problema externo, algo que no iba con ellos, las consecuencias lógicas de los manirrotos y vagos europeos del sur. Ahora el discurso en Alemania comienza a cambiar. Gracias a Hollande y Ayrault, los alemanes comienzan a comprender que el desastre puede también arrastrarles a ellos. Es más, si el euro cae, todos los europeos considerarán que Alemania es la máxima responsable y tardarán muchos años – puede que generaciones – en ser perdonados.

Además, comienza a demostrarse que han sido las políticas germanófilas las que nos ha traído hasta esta crisis y no los supuestos excesos de los países del sur. Ahora, por primera vez desde que empezó la crisis, el debate entre ajuste y crecimiento está por fin entre la opinión pública alemana.

Es imposible hacer ninguna previsión de futuro. Lo que ocurra durante los próximos días condicionará la Europa de los próximos años, incluso de las próximas décadas. Es el momento de actuar, de tomar partido. Pero, ¿cuál es la posición de Rajoy? Apoya a Hollande pero no quiere enemistarse con Merkel, juega a dos barajas, intenta nadar y guardar la ropa. Modificó su discurso hace semanas para incluir palabras como crecimiento, unidad fiscal y bancaria o eurobonos, pero evita ser visto como un aliado de Hollande. Esperemos que su indefinición gallega no termine costando a Europa el fracaso de la estrategia de Hollande, o que de triunfar, seamos los últimos en disfrutar de los beneficios.