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Draghi contra Draghi

30/07/2012 1 comentario

El presidente del Banco Central Europeo se descolgó la semana pasada con un firme: <<créanme: será suficiente>>. Sólo esa frase sirvió para que la prima de riesgo bajase casi 50 puntos de golpe, y todas las bolsas europeas se disparasen, logrando unas subidas de las que ya nadie recordaba.

Los halcones germanos negaron que el BCE fuera a comprar deuda pública de España e Italia. Pero su negación fue más lenta y silenciosa de lo acostumbrado. Esta vez, las críticas a las políticas expansivas y la adquisición de deuda han sido mucho más sutil que en otras ocasiones. Incluso se esperó a que los mercados hubiesen cerrado para evitar que nadie se le atragantase el festín.

¿Quiere decir que el BCE se comportará como prestamista último, al menos durante un tiempo, tal como hace el Banco de Inglaterra o la Reserva Federal? La verdad es que esta opción es más que improbable. La última vez que el BCE compró deuda de países en dificultades fue en 2011, y costó una crisis dentro de la entidad: dos de los consejeros dimitieron. Axel Weber y Jürgen Stark se largaron dando un portazo y criticando la decisión de compra de deuda, aduciendo que el BCE estaba asumiendo unos riesgos excesivos. Sin embargo, los cambios acontecidos desde entonces dentro de la cúpula del BCE hacen más probable una acción discreta de compra o toma de posición a favor de los países que están sufriendo la especulación en los mercados.

A esta posibilidad es a la que se aferra el gobierno del PP. O bien a un enmascaramiento de la acción del BCE a través del fondo de rescate u otro instrumento comunitario. La variable está más en la forma que en el fondo, pues en última instancia quien pone los dineros sobre la mesa es el BCE, ya sea comprando deuda directamente o financiando a quien la deba comprar.

No obstante, este no es el único instrumento al servicio del BCE. Una posibilidad que cada vez cobra más fuerza es bajar los intereses de depósito. ¿Y esto que significa? Bien, resulta que los bancos tienen dinero. De hecho, aunque parezca mentira, Europa nada en liquidez, sobra liquidez, nos sale la liquidez hasta por las orejas. ¿Cómo es esto posible? Porque la falta de alternativas de inversión hace que el flujo de capitales se detenga y el dinero se esconda en el calcetín.

El calcetín de los bancos se llama: Banco Central Europeo. Allí es donde las entidades financieras europeas depositan sus ahorros. Es cierto que durante los dos últimos años, el BCE ha subastado cantidades importantes de dinero. Pero todo este capital se ha dirigido al pago y refinanciación de deudas o ha regresado al BCE a la espera de mejores tiempos. Una bajada drástica de los tipos – incluido los negativos – podría significar que las entidades se vean obligadas a mover ese dinero.

En cualquier caso, las decisiones de Draghi tendrán que ser muy distintas a las que ha tomado hasta el momento, y probablemente no gusten nada a los neocon germano – nórdicos. Pero es lo que hay. Es el precio de la independencia de la institución. Hasta el momento, en Europa sólo de debatía sobre ajustes y recortes, sobre políticas económicas basadas en el control del déficit público. Nadie se atrevía a cuestionar las casi teológicas directrices germanas. Hoy, eso ha cambiado. Ya no sólo existe un único punto de vista y un solo camino para salir de la crisis.

Antes era muy fácil para el BCE ser independiente. Bastaba con no cuestionar las recetas apuntadas desde Alemania. Ahora, la cosa está más complicada. No hacer significa dar la razón a los halcones de Alemania, hacer algo, dársela a Hollande y Monti. Draghi lo sabe y buscará la vía intermedia: actuar sin que se note. Un difícil ejercicio de malabares, pero necesario. Nos va mucho en ello; no solo el euro.

 

Una de bomberos

Erase una vez una ciudad. En la ciudad una casa. Y en la casa un incendio. Los dueños de la vivienda intentaron apagarlo con sus propios y escasos medios. Cuando fueron conscientes de la inutilidad de sus esfuerzos, llamaron a los bomberos.

–          ¿Seguro que es un fuego? Mire usted, que estas cosas se confunden – preguntó el bombero que atendió la llamada de auxilio.

El incendio creció hasta hacerse dueño de toda la planta baja del inmueble. Mientras, en la planta alta, encerrados en la habitación más lejana al fuego, los inquilinos de la casa seguían al teléfono.

–          Verá usted, es que nos pilla lejos.

El incendio se había declarado en una de las viviendas de un barrio periférico. Un barrio de gente honesta, trabajadora y sencilla. Una zona de la ciudad que los habitantes del centro urbano sólo pisaban los domingos y los días libres. Para dar gusto a la parienta y los niños, comer totilla de patas, hartarse a cerveza barata y tomar el sol.

Los de la casa no daban crédito. Le indicaron al bombero la ruta más corta para llegar hasta el incendio.

–          A estas horas hay mucho tráfico – se excusó el funcionario – no se sí merece la pena acercarse, porque no vamos a llegar a tiempo.

 La parte baja de la vivienda era pasto de las llamas. La familia temió por su vida. Desesperados, trazaron varias rutas alternativas y se las explicaron al bombero.

El fuego avanzaba rápido, fuera de control. En un rato, alcanzó a las casas vecinas y toda la calle comenzó a arder.

–          ¿Han llamado a los bomberos?

–          Están de camino.

–          ¿Por qué tardan tanto?

–          Se tienen que detener en todos los semáforos.

–          Ah¡ Los semáforos regulan el tráfico en los cruces. Gracias a ellos no hay tantos accidentes. Hay que obedecer a los semáforos.

El barrio entero se convirtió en una parrillada. El humo y las llamas se veían desde cualquier punto del mapa, por lejano que fuese. Las ciudades cercanas comenzaron a inquietarse y pidieron a la ciudad que sufría el incendio que se diera prisa en sofocarlo.

–          Ya va, ya va – parece que dijo alguien – ¿acaso dudan de nuestra capacidad para resolver solos nuestros problemas?

Todos guardaron silencio. Pero algunos torcieron el gesto, dibujando una sonrisa ácida en el rostro.

Por fin llegaron los bomberos. La gente los recibió con júbilo. Quizás demasiado.

Mientras extendían las mangueras en el suelo pavimentado de la calle en llamas, el jefe de bomberos se dirigió a los vecinos afectados, la mayoría atrapados dentro de las viviendas. Se llamaba Draghi. Nadie lo conocía, pero todos habían oído hablar de él maravillas. Decían que era un fenómeno en la cosa de organizar desfiles.

–          Lo primero que hay que hacer en un incendio – explicó a voz en grito – es cortar la luz y el gas.

Los vecinos de las casas que aún no habían cortado la luz ni el gas, se jugaron el pellejo para cumplir con las órdenes del jefe de bomberos.

–          Coloquen toallas húmedas en las rendijas de las puertas – siguió aconsejando Draghi, protegido por sus gafas redondas y negras. Tras las gafas tenía cara de ratón.

Los habitantes de las viviendas en llamas se miraban unos a otros, perplejos. La intensidad de las llamas hacía inútil aquel consejo. Pese a todo, obedecieron.

–          Oiga, que tengo a la parienta con la permanente chamuscada arrojando cubos de agua al fuego – gritó alguien desde una ventana.

–          Pues que no arroje el cubo, solo el agua – respondió Draghi.

–          Que dice mi mujer que si usted es gilipollas – volvió a atronar la voz.

–          Según el día – reconoció el jefe de bomberos con cara de ratón –. Pero que no eche el agua así como así, que la dirija a la base de las llamas.

Estaban a punto de intervenir los bomberos cuando llegó la alcaldesa. Una tal Ángela, cuerpo de machorra y cara de no haber tenido un buen orgasmo en su puta vida.

–          ¿Todo esto quien lo va a pagar? – preguntó con aire de autosuficiencia marcial.

–          ¡Que nos quemamos! – gritaron varias voces desde las ventas.

–          Sí, pero los incendios no se originan solos – aseguró la alcaldesa –. ¿No habrá sido provocado?

Habían acudido al lugar numerosos ojos ávidos de ver cómo sus vecinos se achicharraban, vuelta y vuelta. Al escuchar la pregunta de su alcaldesa comenzaron a murmurar. <<Quizás lo merezcan>><<¿Quién sabe? ¿Y si todo lo han hecho para llamar la atención?>>

–          Supongo que todos tendrán un seguro de responsabilidad civil – continuó Ángela –, porque el agua no es gratis. Los bomberos querrán cobrar las horas extra. Se va a descuadrar el presupuesto municipal. Tendré que subir los impuestos. La gente de bien no sufre incendios. Y si los sufre, tiene extintores. ¿Tenéis vosotros extintores?

De la casa en la que se había iniciado el fuego ya sólo quedaba el esqueleto humeante. Desde todas las viviendas asoladas por las llamas podían escucharse terribles gritos de dolor y auxilio. Algunos, antes de acabar en la barbacoa, decidían arrojarse por las ventanas y estrellar sus sesos en el asfalto.

El espectáculo era coreado por los curiosos, nostálgicos de una época en la que las ejecuciones eran públicas y se podía oler la carne quemada de los herejes mientras se escuchaban sus gritos.

–          Antes de gastar dinero en salvarles – aseguró la alcaldesa –, quiero que me enseñen su presupuesto familiar. Hay que trabajar más horas para ganar más. Y hay que gastar menos. Hay que ahorrar, contratar seguros y comprar muchos extintores.

Los vecinos accedieron a todo. Estaban desesperados. Sus casas ardían, sus familiares se quemaban. No acertaban a comprender que les quería decir aquella machona de rostro amargo. Sus casas eran también sus talleres y sus tiendas. ¿Dónde iban a trabar si todo acababa devorado por el fuego?

Algunos de los afectados creían en las ideas de la alcaldesa. Ellos siempre habían admirado a la gente de los barrios ricos. Querían ser como ellos, vestir como ellos, pensar como ellos. Por eso adoptaron unas ideas que no eran suyas.

–          Demuestren que son capaces de gobernar sus casas conforme a mis indicaciones – exigió la alcaldesa –. De lo contrario, no dejaré que los bomberos les ayuden.

–          Señora, antes éramos una ciudad libre – dijo un valiente, con los ojos arrasados en lágrimas e impotente ante la devastación que asolaba su barrio –. Teníamos nuestro propio cuerpo de bomberos y tomábamos nuestras propias decisiones. Nos unimos a ustedes para ser más grandes y mejores, pero de igual a igual.

–          El pasado es el pasado – rió Ángela –. A verlo pensado antes. Como los seguros, y los extintores.

–          Teníamos seguros y extintores – replicó la voz valiente.

–          No eran suficientes – reprochó la alcaldesa – lo que es igual a no tener nada.

Los vecinos de los barrios céntricos,  que habían acudido para ver el espectáculo, aplaudieron las ocurrencias de su alcaldesa.

Entonces, sucedió algo que nadie esperaba. El fuego, el implacable fuego, avanzó hacia los barrios ricos de la ciudad. Allí tenía su casa la alcaldesa. También tenían sus casas los vecinos que acudían en masa a ver la pira en la que se había convertido aquel barrio de las afueras.

Los bomberos actuaron al fin. Pero no dirigieron sus mangueras hacia el barrio pobre. Se dedicaron a salvar sólo las casas de los barrios ricos y el centro de la ciudad.

El barrio quedó devastado, y los vecinos recibieron la factura de los daños ocasionados por el incendio. Según los vecinos del centro de la ciudad, inspirados por la alcaldesa, los habitantes del barrio periférico habían sido los responsables del fuego que asoló todo a su paso.

¿Les suena la historia? A mi sí.

 

El general que equivocó la estrategia

Desesperado, perdido, esquivo,  el general que equivoco la estrategia observa incrédulo cómo masacran a sus soldados. Podría tocar retirada. Pero no lo hace. A estas alturas de la carnicería, con los batallones rodeados, la retirada sería una matanza. Además, en el fondo de su ego, cree que los soldados son los culpables. Esa chusma  debilucha de  infantería no ha luchado como debiera, piensa para sus adentros. El general nunca fue educado para reconocer sus errores.

Claudica. Y traga con todo. Que hay que subir el IVA, pues se sube. Computar más años en las pensiones, pues también, ¡faltaría más! ¡Contrariar al señorito! ¡Habrase visto tanta insolencia! Rajoy ha decidido vendernos, y vendernos barato. Recortará los subsidios de desempleo, eliminará deducciones fiscales, impulsará más recortes sociales y más subida de impuestos.

Los soldados, ajenos a los que los generales discuten enfundados en trajes caros y bebiendo buen vino, dándoselas de hostias contra todos. Así, a cara descubierta, como se hacían las cosas antes. Con un par bien puestos. Apenas tenían armas con las que combatir, pero les bastó con los bolines de hierro que les colgaban entre las piernas.

¿Cuántos soldados quiere? Si, unos miles más. Enseguida se los pongo para que usted los pase por la picadora. Faltaría más. Por favor, con lo buenos amigos que hemos sido siempre. Pero le pediría que, la próxima vez, emplee vaselina. Gracias. Qué bien, nos van a dar un año más para cumplir el déficit. ¿Y de lo pactado? Ya, que no es el momento, claro, si yo no quería importunar.

La prima de riesgo por las nubes. La solución pasa porque el BCE compre la deuda de los países asediados por la especulación financiera. Pero no lo hace. No le da la gana. Es juez y parte. El no dispara los obuses que están destruyendo las bases de la economía española, pero sale beneficiado de que nos vayamos todos al carajo. Rajoy debería  exigir una solución inmediata al problema del déficit antes de aceptar ninguna contraprestación. O nos salvamos todo o vuelo el barco. Así de simple. Europa responde a la llamada de sus aliados y socios o hacemos estallar el euro y que cada perro se lama su cipote. Pero no lo hace. Tiene miedo.

Rajoy podría haber sido ese general valiente que se pone al frente de las tropas y grita: ¡que el último de los nuestros mate al último de los suyos! Pero no lo hace. Tiene miedo. Le falta lo que le sobra a sus soldados. La historia de España, siempre pariendo buenos soldados y ni un maldito general decente. 

Rebaja de los tipos de Interés

06/07/2012 2 comentarios

El BCE acordó ayer una rebaja histórica de los tipos de interés. A partir de ahora, el precio oficial del dinero en la zona euro cae por debajo del 1%, para situarse en el 0,75%. Lejos aún del 0,25% del dólar, y de la tendencia contemporánea a disfrutar de tipos de interés cercanos al cero.

Esta decisión, sin embargo, debe ser entendida como un esfuerzo del BCE para beneficiar el consumo. Supone, de facto, reconocer que la zona euro se encuentra en recesión y hay que hacer lo que haga falta para reactivar la economía. Implica, además, y quizás sea lo más importante, un puntapié a las teorías contra la inflación que habían gobernado las políticas monetarias de la Unión. Entre otras cosas, el BCE reconoce que no existen tensiones inflacionistas y que una inflación alta no es un peligro para la Unión en este momento.

El gesto es más político que económico. En un momento en el que las amenazas de bloqueo de los acuerdos pueden impedir que se tomen las medidas necesarias para sacar a Europa de la situación de parálisis en la que se encuentra, el BCE adopta una política claramente a favor de la reactivación económica. Dudo, no obstante, que tenga mucha influencia en los mamporreros de Alemania que intentarán doblegar la voluntad europea en la próxima reunión del Eurogrupo.

La decisión de bajar los tipos me parece de lo más acertada. De hecho,  sería aconsejable bajarlos aún más: que el tipo de interés oficial fuese igual a cero y el precio de los préstamos se negociase en los diferenciales bancarios, mediante la ley de oferta y demanda. Pero la decisión llega algo tarde. El BCE es el último gran banco central en sumarse a la corrección de los tipos. El Banco de Inglaterra, EE.UU. e incluso los chinos ya habían tomado las decisiones correctas. Europa, inoperante en sus estructuras e incapaz en sus líderes, llega, como siempre, la última.

 

Lenguas viperinas

04/07/2012 4 comentarios

Más de uno, si se mordiese la lengua, se envenenaría. Pero existen muchos tipos de veneno. En el caso de los políticos, el veneno se llama irresponsabilidad estúpida. Cuando están en la oposición, por desgastar al gobierno, son capaces de jurar en arameo y prometer cualquier sandez. Cuando llegan al gobierno, nada de los prometido. Incluso aquello que dijiste que no harías, vas y lo haces.

Esto le ocurre a Rajoy y su cohorte de mantillas y beatos. Mucho prometieron. Mucho negaron. Hoy se tragan todo sin cocinar. Pero es que a tragaderas nadie gana a un buen político.

La irresponsabilidad de quien prefiere gobernar a cualquier precio, aunque el país se vaya  la carajo, es lo único que explica la actitud intransigente y grosera del PP durante la oposición. Su estupidez, compartida en gran medida con su socio bipartidista, le llevó a prometer la luna y generar unas expectativas imposibles.

Hoy tienen que tragarse sus promesas y sus críticas. Quienes dijeron que nunca, nunca, nunca, aplicarían el copago sanitario. Lo acaban de hacer. Como los impuestos, que tampoco subirían y fue lo primero que hicieron al llegar al poder.

Algunos hombres. Al tener que tragarse sus palabras, se atragantan. Pero esos hombres tienen dignidad. Quienes no suelen disfrutar de esta compañera son los políticos. Ellos aguantan cualquier cosa. Cualquier crítica. Cualquier sapo y culebra que tenga que tragarse, ellos se lo tragan. No hay problemas. Contra el veneno de la irresponsabilidad y la estupidez están más que vacunados: ellos lo generan. Pues anda, Rajoy, a tragarte otra.

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Carta solicitud del rescate financiero de España

El ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos,  ha enviado esta mañana la carta al Eurogrupo en la que se solicita formalmente ayuda financiera para recapitalizar la banca. En el texto se indica que las condiciones no serán conocidas antes del 9 de julio. El gobierno pretende ajustar el calendario de la UE a sus propios intereses. Recordemos que será el 31 de julio cuando conozcamos las auditorías de los bancos españoles.

La estrategia del gobierno pasa por armonizar su propio ritmo al del giro en la estrategia política de la Unión.  De ahí que no se quieren dar prisa en poner en marcha el rescate. Confían  en la posibilidad de lograr un impulso a las políticas de crecimiento, más facilidad para la financiación pública y privada, flexibilización de los plazos para lograr los objetivos del déficit público, más armonía fiscal y financiera, posibles eurobonos para garantizar la estabilidad de las deudas soberanas y un plan de crecimiento por valor del 1% del PIB europeo. Rajoy y los suyos quieren que el impacto de estas medidas en la economía española coincida con la reforma financiera.

Texto de la carta de Luis de Guindos:

<<Tengo el honor de dirigirme a Usted en nombre del Gobierno de España, para solicitar formalmente asistencia financiera para la recapitalización de las entidades financieras españolas que así lo requieran. Esta asistencia financiera se enmarca dentro de los términos de la ayuda financiera para la recapitalización de las instituciones financieras. La elección del instrumento concreto en el que materializará esta ayuda, tendrá en consideración las diferentes posibilidades disponibles en la actualidad y aquellas que se puedan decidir en el futuro.

El Gobierno de España valora muy favorablemente la declaración de los Ministros del Eurogrupo del 9 de Junio, en la que se respaldan la determinación de las autoridades españolas de reestructurar el sistema financiero y su intención de solicitar asistencia financiera para la recapitalización de las entidades financieras, por un importe suficiente para cubrir las necesidades de capital más un margen de seguridad adicional, hasta un máximo de cien mil millones de euros.

El Fondo para la Restructuración Ordenada Bancaria (FROB), que actuará en representación del Gobierno de España, será la institución receptora de los fondos que canalizará a las entidades financieras.

Las autoridades españolas ofrecerán todo su apoyo en la valoración de los criterios de elegibilidad, la definición de la condicionalidad financiera, el seguimiento de las medidas a implantar y en la definición de los contratos de ayuda financiera, con el objetivo de finalizar el Memorando de Entendimiento antes del 9 de Julio para que se pueda discutir en el próximo Eurogrupo. En este sentido, los dos ejercicios de valoración del sistema financiero español que acaban de realizar los dos expertos independientes así como el análisis FSAP [siglas en inglés del Programa de Asesoramiento del Sector Financiero] del Fondo Monetario Internacional, se deberían tener en cuenta como punto de partida>>.

 

Una alternativa a la nacionalización de los bancos y al rescate

20/06/2012 4 comentarios

Alternativa a la nacionalización de los bancos y al rescate?

Si se quisiera, si. Si al PP le saliera de los reales, existe una alternativa que hace innecesaria la nacionalización de los bancos y la ayuda de 100.000 millones de euros, que supone la intervención de facto de nuestro país.

El mecanismo es simple y conocido: Capitalización de las Deudas.

Consiste en transformar la deuda de las entidades en una ampliación del capital social de los bancos. Una parte de las obligaciones de la entidad se entregarían a los acreedores en forma de acciones de la entidad financiera en vez de en dinero.

Algunos podrán creer que el volumen necesario para la capitalización de los bancos hace imposible esta operación, muy frecuente en otros sectores. Sin embargo, los datos demuestran que la inyección de capital que asumió EEUU para capitalizar sus bancos equivalía al 5% de sus depósitos.

En España, bastaría con capitalizar el 20% de las cédulas hipotecarias, los bonos, pagares y deudas subordinadas y un 5% de las imposiciones a plazo para hacer aflorar 200.000 millones, el doble de lo que en teoría se necesita.

El ahorro a la vista no sufriría ningún daño. Tampoco los contribuyentes, es decir: todo hijo de vecino. El coste de la operación tendría que ser asumido por quienes han utilizado el dinero para especular y generar más dinero.

Para hacer más social la medida, la capitalización puede ser progresiva según los pasivos del titular. Quien tenga una imposición a plazo fijo de 100.000€ podría ver transformado un 5,35% de su capital en acciones, mientras que quien sólo disponía de una imposición valorada en 10.000€ verían transformada su imposición en acciones en una proporción del 1,50%.

Esto significaría que quien tenga una imposición de 100.000€ recibiría a su vencimiento 94.650€ en dinero y 5.350€ en acciones. Quien tenga una imposición de 10.000€, recibiría 9.850€ en dinero y 150 en acciones.

Los accionistas creados de este modo tendrían la oportunidad de recuperar su dinero, e incluso obtener beneficios, vendiendo las acciones en el mercado cuando estas se revaloricen.

De este modo, quien apostó por una entidad para obtener una renta de capital, sería quien asumiese los costes de la quiebra y no los ciudadanos. Además, la proporción respecto a las imposiciones con objeto de lucro no necesitan ser superiores al 5% (salvo en el caso de productos de más riesgo en los que también se ambicionaba más beneficio). Y siempre tendrán la oportunidad de recuperar su dinero una vez se revaloricen las acciones en un futuro.

Nacionalizando los bancos y aceptando el mal llamado rescate, lo que estamos haciendo es nacionalizar las pérdidas e hipotecar nuestro futuro. Con la compra de las entidades ruinosas y la ayuda internacional, sufriremos una merma en los derechos sociales y una mayor presión fiscal. La alternativa de la capitalización de deuda, es una alternativa muchísimo más justa y coherente con la libertad de mercado, pues hace pagar a quienes usaban el dinero para especular y obtener rentas de capital. 

De europeístas a euroescépticos

Los españoles nos caracterizamos en las últimas décadas por un fuerte, emotivo y creciente europeísmo. Sin embargo, esta tendencia comienza a torcerse en el sentido contrario. Poco a poco, los españoles comenzamos a ser euroescépticos, a desear ser menos europeos y a sentir un creciente desapego al euro.

Tras siglos viviendo de espaldas a Europa, sin implicarnos de manera directa en la Primera ni en la Segunda Guerra Mundial, los españoles ansiábamos rencontrarnos con nuestras raíces. Deseábamos a cualquier precio recuperar la hermandad que siempre nos unió con el resto de Europa. Las guerras de religión y el fracaso de la ilustración nos distanciaron de aquellos con quienes incluso habíamos compartido corona.

España no había vivido una verdadera revolución industrial, los conflictos internos nos debilitaron hasta convertirnos en un país irrelevante en la escena internacional, y los cuarenta años de dictadura nos habían aislado del mundo. Aquí no hubo plan Marshall, ni pleno empleo, ni Estado del Bienestar. Pero habíamos salido adelante. Solos. A puro huevo.

Eso nos dio confianza. Sabíamos de la enorme brecha que nos separaba de los países más avanzados del viejo continente. Pero estábamos resueltos a superar esas diferencias con trabajo y esfuerzo.

Sin embargo, ahora que la Prima de Riesgo se sitúa en niveles próximos a los 600 puntos, cuando la financiación del Estado cuesta más de un 7,2% de intereses, el BCE gobernado por Alemania nos niega ningún tipo d ayuda. Tanto el gobierno como la oposición han solicitado una acción directa del BCE que estabilice el mercado; muchos socios europeos y nuestros aliados en todo el mundo también han secundado la petición. Pero el BCE, es decir, Alemania se niega.

Durante bastante tiempo, los españoles nos hemos callado ante los continuos agravios provocados por los países más ricos de Europa. Hemos hecho oídos sordos cuando nos llamaban PIGS (cerdos), en un curioso juego de acrónimos que solo a ellos hace gracia. Y hemos dejado que anden dándonos lecciones desde una arrogancia que olvida su propia historia.

Alemania ha olvidado que sin el perdón y la ayuda internacional no sería lo que hoy es. Pueden considerar que su esfuerzo y forma de vida es la causa de su éxito. Cada uno puede engañarse como quiera. La realidad es la que es, por mucho que no les guste: los alemanes son lo que son porque franceses, ingleses y americanos creyeron más en el futuro que en el pasado. Porque recibieron la ayuda internacional que precisaban, pudieron llegar a ser quienes son.

Nadie les pidió nada entonces. Nadie les impuso condiciones. Ahora andan ellos exigiéndoselas a los demás y negando a países como España el pan y la sal. ¡Que pronto olvidan algunos que un día fueron pobres y dependieron de los demás! Quizás nada nos tengan que agradecer a nosotros, pero tampoco nosotros a ellos.

España, como otros muchos países, ha hecho un esfuerzo descomunal para acercarse a Europa. Esfuerzo que parecen olvidar países como Alemania, Dinamarca o Noruega. Es verdad que recibimos ayuda en forma de fondos estructurales, pero siempre con condiciones, con carácter finalista y condicionadas a reformas en nuestro modelo social y económico. Unas ayudas que tuvieron un importantísimo retorno a países como Alemania.

La Unión Europea ha favorecido más las áreas más desarrolladas que a las de menos desarrollo económico. Alemania puso el dinero, y recibió mucho más dinero a cambio; el resto de cuanto ha sido necesario para el proyecto de la UE lo hemos puesto los demás. Ahora nos lazan a los lobos. Bien, va siendo hora de recuperar nuestro orgullo nacional y lidiar con esos lobos nosotros solos, experiencia nos sobra, h… también. Que se metan el euro y la UE donde les quepa. Con amigos así, mejor estar solo.

Moneda única: un sueño muchas veces frustrado

Algunos piensan que el euro es irreversible por el mero hecho de ser un proyecto único. La realidad es bien distinta. La idea de disfrutar de una moneda única en Europa, ni es nueva, ni sería la primera vez que fracasa.

Unión Monetaria Latina.

Creada en 1865 por Francia, Italia, Suiza y Bélgica, se amplió en 1868 con la llegada de Grecia y en 1889 con Rumanía, Austria, Bulgaria, Venezuela, Serbia, Montenegro y San Marino.

La moneda sobrevivió hasta 1927.

Aunque no se acuñó ninguna moneda común, las monedas de la UML eran aceptadas en los diferentes países y tenían un cambio paritario referido al oro. Es decir, una lira era igual a un franco.

La ratio era 4,5 gramos de plata o 0,290322 gramos de oro. El fracaso se debió a las fluctuaciones de los metales. Se descubrieron nuevas minas de plata y Alemania aprovechó para, apoyándose en su naciente Unión Aduanera, abandonar el patrón plata y adoptar solo el oro. Esto supuso una rápida caída de los precios de la plata que causó una importante devaluación del valor de las monedas.

España había creado la peseta en 1868 para unirse a este grupo, pero al final se mantuvo al margen.

Unión Monetaria Escandinava.

Suecia y Dinamarca adoptaron la “corona” en 1873, una moneda única a la que se le unió dos años más tarde Noruega.

La moneda gozó de buena salud Coronashasta la Primera Guerra Mundial, momento en el que Suecia decidió adoptar un tipo de cambio propio, dando por terminado el experimento.

Las coronas sueca, danesa y noruega siguieron existiendo, pero ya con tipos de cambio distintos.

Estos son solo dos ejemplos de cómo la unidad monetaria no puede sobrevivir sin unidad financiera, fiscal y con un banco central dispuesto a inyectar fondos a los Estados.

¿Sumaremos el euro a esta lista?

El Presidente que dejó de serlo

Rajoy se comporta como el niño que saca malas notas e intenta ocultárselas a los padres, como si la negación de la realidad sirviese para algo. El día que el presidente dejó que fuese un ministro quien comunicase la noticia del rescate, dejó de ser presidente.

Los más benévolos reconocen “problemas de comunicación”. Pero esto no es un problema de la estrategia mediática de la derecha, es algo más profundo y existencial: Rajoy siempre abordó los problemas de lado, nunca de frete. Ahora que se encuentra rodeado de problemas y no tiene donde hacer un quiebro, se esconde como un colegial asustado y deja que los otros, asuman la responsabilidad y carguen ellos con las culpas.

Siquiera tiene los redaños de acudir al Congreso de los Diputados a informar sobre el rescate. Igual que un tahúr que marca las cartas, juega al despiste y quiere hacer pasar un pleno ordinario de control por una sesión informativa. Quizás engañe a algunos, quizás incluso logre engañar a los suyos; pero a España y a la historia no se le hacen trampas con la facilidad que él cree.

El presidente de gobierno y el Partido Popular están abusando de la confianza de los españoles y jugando con nosotros al escondido. Mientras toda Europa llama al rescate, rescate, la derecha se empeña en jugar con las palabras, confundiendo a la opinión pública, inquietando a los mercados, y lo que es más grave, haciendo el ridículo internacional.

Un repaso a la prensa de los países de nuestro entorno demuestra el descrédito que el gobierno está cosechando en el mundo. The Wall Street Journal lo ha dejado muy claro: <<España está repitiendo el patrón negación de la realidad de Bankia>>. Un titular como este hace más daño que diez rescates. Y esto no es culpa de la herencia recibida, es responsabilidad de su miedo, su incompetencia y sobre todo, su arrogancia.