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Los intelectuales del Reich vuelven a la carga

04/03/2013 1 comentario

Hans- Werner Sinn es a la economía lo que Dan Brown a la literatura. Su popularidad y reconocimiento público no va a la zaga de sus aportaciones económicas. En realidad, nunca ha hecho una sola aportación económica importante. Toda su carrera profesional se ha basado en el autobombo y la polémica para captar la atención mediática.

Su cuidada imagen, con barba a lo capitán Ahab – e igual de trastornado, dogmático y fanático que él personaje de Moby Dick –, le ayudó a lograr el protagonismo necesario para vender sus libros como rosquillas y ganarse un puesto entre los gurús alemanes de las finanzas. ¿Cuál era su mensaje? Uno sencillo, directo y fácil de entender: <<Dentro de unos años, nuestros hijos se verán obligados a ir al Sur de Europa a recuperar nuestro dinero>>. Un lema que pronto se convirtió en el lema de la derecha alemana e inauguró la política exterior y económica del cuarto Reich. Igual que antes se acusaba a los judíos o los gitanos de los males que sufría la Gran Alemania; ahora se busca en los países mediterráneos a los chivos expiatorios sobre los que intentar levantar un nuevo Reich de los mil años.

La cosa no pasaría de anécdota de no ser porque Hans- Werner Sinn es el economista de cabecera de Merkel y una de las figuras más populares de Alemania. Su mensaje ha calado en la sociedad germana hasta límites insospechados. Hoy en día, es difícil encontrar a un solo alemán que no crea que el mayor riesgo para Alemania sea el supuesto despilfarro de los países del sur. Países en los que, por otra parte, sus castas políticas han reaccionado demasiado tarde a la agresión continua. No olvidemos que la manera habitual de referirse a nosotros es la de PIGS, cerdos en inglés. Una expresión que da muestra de las bases ideológicas últimas que sustentan las corrientes de austeridad promulgadas por los alemanes.

Ahora que cada vez hay más voces críticas en el seno de la UE, este grupo de intelectuales del Reich económico de Alemania vuelve a la carga, esta vez para asegurar que España aún debe sufrir diez años de crisis y austeridad, como mínimo, hasta lograr una devaluación interna cercana al 30%. Pero aquí no ha de quedar la cosa, porque algunos países, como Grecia y Portugal deberán marcharse del euro. Y continúan: Francia, objetivo final del Reich, también deberá sufrir una devaluación interna del 20% en un periodo de tiempo similar. Y mientras todo esto ocurre en los países no germanos, Alemania y el resto de los arios, como Austria, deberán procurar una expansión cercana al 20%. Dicho de otro modo, se trata de situar la economía de los países no germanos en una proporción de ½ frente a la germana. Se trata de reducir nuestro PIB a la par que crece el de Alemania a fin de lograr que nuestros costes equivalgan al 50% de los costes alemanes y ellos aumentar un mínimo de un 20% su poder adquisitivo.

La cuestión importante es, pues, cuando vamos a pasar de una puñetera vez a la ofensiva y vamos a plantarnos para evitar que logren, mediante el uso de las políticas económicas aquello que no lograron con los tanques: una Europa bajo el yugo germano. Y es que esto no es una crisis; es una guerra por el control del viejo continente y la creación de una masa amplia de ciudadanos de segunda clase, sin derechos sociales, laborales ni sanitarios

El BCE está inactivo frente a la crisis

BCE-Crisis

BCE-Crisis

No lo digo yo, aunque bien saben que lo pienso, lo dice Arnaud Montebourg, ministro de Hollande al frente de la cartera de Recuperación Productiva. Y fue más lejos: << El BCE no se ocupa del crecimiento, no se ocupa de los parados, no se ocupa de la población europea>>. Es cierto que este ministro, conocido por su incontinencia verbal, es uno de los referentes mediáticos del ejecutivo de París y que sus declaraciones han de ser leídas en clave interna y no europea, pero es precisamente por esto por lo que resultan tan llamativas estas afirmaciones.

En Francia, cada vez es mayor la crítica hacia una UE gobernada por Alemania. Al frente de estas protestas están, sobre todo, los euroescépticos de siempre y la derecha de Le Pen, que incluso exige un referéndum para enero del 2014 sobre la continuidad de Francia en Europa. Sin embargo, el sentimiento de oposición a una Europa opaca y en manos de la todopoderosa Alemania cada vez es más hegemónico entre los franceses.

Algunos dirán que Francia siempre ha sido euroescéptica. Tienen razón, y tal como se están desarrollando los acontecimientos parece que tenían motivos sobrados para no desear una UE fuerte. Pero el hecho indiscutible es que, a medida que Europa cae en manos de Alemania, cada vez son más los europeos que reniegan de la Unión. Esta es la más grave de todas las consecuencias de las políticas austericidas que están impulsando desde Berlín: el fin del sueño europeo.

 

De las muchas caras del fascismo

Fascismo es un término que proviene de fascio, haz. La doctrina de Mussolini era simple: <<nuestra política es hacer>>. En última instancia, es la expresión de la intolerancia que cree que el fin justifica los medios. En este sentido, las caras del fascismo son muchas, y no todas visten de azul ni le alinean con la derecha más recalcitrante. De hecho, han sido los movimientos populares de corte asambleario e izquierdista los más proclives a sucumbir al populismo, término más políticamente correcto para denominar lo que no es sino una política intolerante de hechos consumado. Basta con analizar el espectro sociológico de los votantes actuales de los partidos ultranacionalistas en Europa para comprender esta derivaba ideológica. Aunque no todos los partidos europeos ultranacionalistas, es justo reconocerlo, comulgan con estas maneras de hacer política. Pues el fascismo, más que una ideología en sí mismo, es un método de hacer política desde la intolerancia y la imposición.

En España, la última semana, hemos asistido a un ejemplo vergonzoso de esta manera despreciable de hacer las cosas. La joven Beatriz Talegón se ha visto acosada en lo personal, e incluso estado en peligro por decir aquello que pensaba. Nada más pronunciar su discurso, los miserables de siempre – porque no merecen otro calificativo – se movilizaban para insultarla y desacreditarla ante la opinión pública. Lo menos que ha tenido que soportar es que la acusen de hipócrita. Creo que estas acusaciones son falsas, gratuitas y motivadas por la miseria moral de quien le da pábulo. Pero si fuera cierto ¿restaría valor a su discurso? En absoluto. Sus palabras serían firmadas por millones de hombres y mujeres de todo el mundo. Porque hipócrita o no, ha dicho verdades como puños. Su discurso es el discurso que yo mismo hubiese espetado a la cara de los líderes socialistas si hubiese tenido la oportunidad. Por eso estoy infinitamente agradecido a Talegón, ha dado voz a quienes casi nunca la tenemos, porque nos silencian o excluyen intencionadamente de los debates políticos.

Pero lo más vergonzoso llegó durante las manifestaciones contra los desahucios. Allí, un grupo de engendros fascistas, intolerantes, agresivos y violentos, se dedicó a insultarla y amedrentarla. Pretenden con estos actos hacerse los “dueños de la calle”. Argumentan ser ellos los únicos “puros” y  su ideología la “única verdadera”. Actúan como hordas de salvajes, amedrentando, adueñándose de aquello que no les pertenece. Pues bien, la calle es de todos, y no podemos consentir que unos miserables violentos obliguen a nadie a abandonar una manifestación en la que desea estar. De igual modo, también debemos ser inflexibles ante los miserables que atacan a las personas, difamándolas e insultándolas, en vez de debatir las ideas con argumentos. Para empezar, debemos llamar a cada cosa por su nombre, y a estos intolerantes que difaman y amedrentan como se merece: miserables fascistas. 

Derechos, animales y animaladas.

14/02/2013 1 comentario

En coherencia con mi idea de la democracia, soy de quienes creen que una ILP que reúne las firmas suficientes debe ser debatida en las Cortes, pues no es otra cosa que la sociedad instando a los políticos a la toma de posición sobre un debate social o cuestión que preocupa los ciudadanos.  Por eso estoy y estaba de acuerdo con la admisión a trámite de la ILP a favor de la dación en pago (la cual apoyo), y a favor también de la tramitación de la ILP que instan al gobierno a declarar la tauromaquia Bien de Interés Cultural (iniciativa a la que me opongo de manera radical). Hasta aquí, nada que objetar a la decisión de UPyD. Pero al escuchar el discurso del diputado Toni Cantó, no pude más que sentir repugnancia e indignación. Un sentimiento que crece al paso de las horas cuando veo que, ante la oleada de críticas, hay quienes intentan dar la vuelta a su discurso pretendiendo justificar lo inadmisible.

El discurso del señor Cantó  se centró en una pregunta: ¿tienen o no tienen los animales derechos? Y argumenta, citando a Fernando Savater,  <<En principio, y estrictamente hablando, los animales no tendrían derechos a la par que tampoco obligaciones ya que al carecer de libre albedrío y capacidad de decisión, no podríamos considerarlos sujetos éticos capaces de discernir entre el bien y el mal>>.  Continua afirmando que <<la capacidad de sufrimiento de y la percepción de dolor establece una continua entre animales racionales y animales irracionales (…) que nos obligaría a considerar sus padecimientos y a velar por su bienestar>>.

Soltadas estas píldoras, que saben a aquello de tirar la piedra y esconder la mano. Se despacha a gusto con quienes consideran que son unos hipócritas porque, según él, están en contra de la tauromaquia pero no dicen nada del sufrimiento de otros animales que a diario sufren en los mataderos.

Por último concluía, en otro alarde de retórica, que<<ni los toros ni el resto de los animales tienen dos de los que son nuestros derechos fundamentales, el derecho a la libertad (…) y el derecho a la vida>>.

Cada cual puede tener el filósofo de cabecera que se le antoje. Él prefiere a Savater, bien, está en su derecho; que se lo quede. Citemos a Schopenhauer <<La supuesta ausencia de derechos de animales, la zoantropía que nuestra actuación hacia ellos no tiene relevancia moral o como se dice en el lenguaje ético no hay deber frente a la criatura es una de las barbaridades de occidente cuyo origen está en el Judaísmo>>.  Jeremy Bentham, filósofo y abogado, considerado el padre del utilitarismo, también postuló que los animales, por su capacidad de sentir agonía y sufrimiento,  con independencia de no tener la capacidad de diferenciar entre bien y mal deben tener derechos fundamentales como el derecho a la vida y a su seguridad, y a estar libre de la tortura y de la esclavitud. Pero mucho antes de estas disquisiciones filosóficas, ya se habían aprobado leyes a favor de los derechos de los animales en toda Europa, a destacar la ley irlandesa de 1635 o las aprobadas bajo el gobierno de Cromwell entre 1653 y 1659 en Inglaterra. Leyes que, por cierto, no nacieron de la nada, pues ya en la compilación de Justiniano I se reconocía el derecho de los animales. Textualmente <<El derecho natural es aquello que es dado a cada ser vivo y que no es propio del ser humano>>.

Encontramos aquí el abismo que separa ambos pensamientos, a favor y en contra de los derechos de los animales: la aceptación o no derecho natural o iusnaturalismo. Sin duda, esta es una escuela en declive, se imponen las visiones positivistas y contractuales. De hecho, el propio discurso de Cantó nos lo indica: no tienen derecho porque no pueden tener obligaciones, no podemos tener contrato con ellos, no forman parte del contrato social. ¿Pero es esta una posición sostenible?

Reducir el sujeto de Derecho a únicamente aquel que puede ofrecer algún tipo de reciprocidad supone considerar los derechos como bienes jurídicos adquiribles en tanto la capacidad de responder a una obligación inherente al propio derecho. Posición que considero tan injusta como malintencionada. Pues trata de confundir lo que es – o puede ser considerado – un derecho de ciudadanía, el cual sí debe estar resuelto en virtud del contrato social, de un derecho fundamental, que nace de la propia naturaleza del ser vivo (no exclusivamente el ser humano), el cual estaba ya recogido en el Corpus iuris civilis del siglo VI.

El debate, es cierto, lleva milenios abierto, y no pretendo ser yo quien le ponga fecha de caducidad. Soy iusnaturalista, y para mi, con Tomás de Aquino, <<ley que no se ajusta a la ley natural, no es ley, sino corrupción de la ley>>.  Y si estoy equivocado, prefiero responder de mi error que aceptar que el Derecho se base en la capacidad contractual de las partes.

Inadmisible es también su ataque contra los antitaurinos. Considerar que son hipócritas porque no cuestionan también otra formas de crueldad hacia los animales es un argumento ad hominem que demuestra la falta argumental de quien lo usa y su desconocimiento de la lucha animalista. De hecho, los veganos son la columna vertebral de este movimiento, y tanto reivindican el fin de los espectáculos taurinos como el uso de los animales en circos, zoos, experimentación y consumo humano. En cualquier caso, incluso asumiendo la contradicción – hipocresía se quiere – de algunos antitaurinos, esto no resta ningún valor a sus argumentos. La verdad no depende de quien la defienda. Si luce el sol sobre nuestras cabezas es de día, aunque quien nos lo diga sea un embustero patológico, que no es el caso, pues la solvencia intelectual y moral de la mayoría de los animalistas está fuera de toda duda.

Por último, el señor Cantó culmina su intervención asegurando que los animales no tienen derechos de vida ni libertad. Recordemos que en 1977, la ONU aprobó la Declaración Universal de los Derechos de los Animales, en cuyo artículo 1 se lee: <<Todos los animales nacen iguales ante la vida y tienen los mismos derechos a la existencia>>;  en su artículo 4 a)<<Todo animal perteneciente a una especia salvaje tiene derecho a vivir libre en su propio ambiente natural, terrestre, aéreo o acuático y a reproducirse>>; en su artículo 4 b) <<Toda privación de libertad, incluso aquella que tenga fines educativos, es contraria a este derecho>> . Estamos hablando de algo que se llama Derecho Internacional, el cual, el señor Cantó, en su intervención, está poniendo en duda. Parece que no ve más que la paja en el ojo ajeno, cuando acusa de hipócrita a los antitaurinos, mientras que él coge del Derecho Internacional sólo lo que le interesa.

 

¿Cómo es la ley hipotecaria en Europa?

Leyes hipotecarias europeas:

Grecia: Existe una moratoria que impide a los bancos echar de las viviendas a los inquilinos si esta es su residencia habitual.

Alemania: El banco cancela el préstamo y exige la totalidad de la deuda. El propietario dispone de seis meses para refinanciar con otra entidad o vender la vivienda antes de que sea embargada.

Reino Unido: El proceso de desahucio es uno de los más complejos de su ordenamiento, plagado de trámites y posibles recursos que dilatan al máximo los plazos para su ejecución. Si finalmente el banco se queda con el inmueble, es el precio de venta y no el de adjudicación el que termina por cubrir el préstamo. Si no fuese suficiente para cubrir la deuda, el banco puede reclamársela al deudor, pero esto puede declarar la bancarrota (igual que una empresa) y eludir así el pago.

Irlanda: En Irlanda, los impagos se abordan a través del denominado Proceso de Resolución de Deuda Hipotecaria, que en muchas ocasiones termina con la reestructuración de la deuda o en la dación de la vivienda para evitar un largo proceso judicial del que las entidades bancarias huyen como gato escaldado.

Holanda: Son muy habituales los procesos de reestructuración de deuda. No son nada infrecuentes los casos en los que la deuda y la propiedad se transfieren a un tercero que cobra al inquilino un alquiler. Hay incluso empresas dedicadas a esto. Los bancos colaboran mucho en la búsqueda de alternativas, pues está muy mal considerada socialmente la ejecución de una deuda de manera no amistosa. Tanto que el daño a la imagen de las entidades no compensa. En cualquier caso, si no queda más remedio que ejecutar, es el propietario quien vende la vivienda y queda así zanjada la deuda. Pero esto ocurre muy pocas veces.

Noruega: Si el propietario no puede hacerse cargo de la vivienda, está obligado a ponerla en venta. Durante el tiempo de venta puede residir en ella. La vivienda nunca es subastada ni se la puede adjudicar el banco. Esto obliga a las entidades a que condonen parte de la deuda para abaratar el precio del inmueble (pues el propietario no está obligado a venderla por menos de la deuda, a fin de que la venta resuelva el préstamo), comprarla al precio estipulado, o esperar.

Italia: Existe una moratoria para todos los desahucios de familias con ingresos iguales o inferiores a 27.000€.

Francia: Existe una comisión denominada de Sobreendeudamiento. Esta depende del Banco Central y arbitra cuando no hay acuerdo entre la entidad y el propietario a fin de reestructurar la deuda y autorizar moratorias. Si aún así, no fuese posible hacer frente a la hipoteca, queda el llamado <<restablecimiento>>, que consiste en vender los bienes propiedad del deudor para cancelar la deuda. Si aun así, la deuda no fuese cubierta enteramente, el restante se condona.

Aprobada la tramitación de la ILP que pide la dación en pago y una moratoria en los desahucios, existen elementos en el Derecho Comparado suficientes para impulsar una reforma profunda, que acerque nuestra legislación a la del resto de los países de nuestro entorno y ponga punto y final al drama social que vive nuestro país. ¿Estará el PP a la altura de las circunstancias? 

Podría ser peor

Quien no se consuela es porque no quiere. Un amigo, filósofo y ateo, asegura que es culpa de la educación católica apostólica y romana de los españoles. <<Nos han enseñado que la resignación es una virtud – dice –. Muchos siglos con aquello de “me lamentaba de no tener zapatos hasta que vi a un hombre que no tenía pies”>>. Algo así podemos comentar sobre el acuerdo del Consejo Europeo para el presupuesto de la Unión hasta el 2020.

Por supuesto, el acuerdo será voceado como un gran acuerdo, y asegurarán que era esto o la nada. Porque siempre que se llega a una mierda de acuerdo, alguien recuerda que sin él llegaría la anarquía, el hambre, la guerra, el fin de los tiempos. Durante los próximos días, hasta que la vertiginosa realidad ponga el foco en otra parte, sesudos comentaristas hablarán de las virtudes del acuerdo. Y alguna tiene, no lo voy a negar, pero después de tanto marear el guiso, uno confiaba que al menos supiese bien. No esperaba ningún plato de autor, pero sí un cocido medio decente. Pero esto acuerdo no llega ni a tentempié.

Lo cierto es que el acuerdo presupuestario deja en bolas a la UE a partir del 2015, momento en el que se prevé la recuperación económica. La falta de recursos en la UE podría poner en peligro ese crecimiento tan esperado. Condenando no sólo a España, sino a la mitad del continente, a una década perdida.

Además, con estos mimbres, no hay cestos de unión política posible. Hablar ahora mismo de la posibilidad de continuar el proceso de integración, tanto fiscal como política, es hacer ciencia ficción. Los libros de Isaac Asimov son más realistas que un discurso de integración real de Europa. El acuerdo, paradójicamente, deja de manifiesto los desacuerdos de fondo que existen en la Vieja Europa.

España – menos mal – continuará siendo perceptor neto. Un ridículo 0,2% en el saldo a favor de nuestras cuentas hará que, si no recibimos nada de la UE, al menos tampoco tengamos que poner pasta encima de la mesa. El gobierno lo venderá como un éxito, pero con la indigestión que nos ha causado el menú cocinado por Merkel, solo faltaría que además tuviésemos que pagar la factura.

Por desgracia, la reducción en el presupuesto asestará un golpe terrible a sectores tan importantes como la agricultura, la ganadería, la pesca y la minería. Y las regiones más pobres, como Andalucía, Galicia o Castilla – La Mancha, verán reducido a lo largo de este periodo de siete años los recursos que llegan de la UE hasta un 60%. Malas noticias que agravarán la brecha territorial, especialmente en un momento que las inversiones públicas – incluidas las infraestructuras – se han paralizado.

Ahora queda pendiente una nueva batalla: la Eurocámara. El Parlamento Europeo fue tajante al amenazar a los gobiernos que no aprobaría un presupuesto como el que se acordó en el Consejo Europeo. Matin Schulz, el presidente de la Cámara ya se ha mostrado contrario a un presupuesto que genera un enorme déficit en la UE, pues el desfase entre los gastos ya comprometidos y los ingresos que se percibirán es abismal. Veremos si los parlamentarios se comportan cuando llegue el momento u obedecen a sus direcciones nacionales. Lo contaremos. 

Europa y el referéndum de Cameron

De las cosas más importantes que han ocurrido esta semana, la mayor es, sin ningún género de dudas, la propuesta del Primer Ministro británico para la celebración de un referéndum sobre la continuidad del Reino Unido en Europa. Que no se engañe nadie, si el referéndum se celebra y el Reino Unido decide marcharse, a la UE le quedarán horas de vida desde ese momento. Europa no puede construirse de espaldas a la sociedad anglosajona como tampoco puede hacerlo humillando y pisoteando a los países mediterráneos. La verdad es que la cuerbda se ha tensado en exceso, y los riesgos de que rompa son más ciertos que nunca.

El año que vine se celebrará el centenario del inicio de la I Guerra Mundial, a la que le siguió una segunda aún más cruel pero con idéntico enemigo. Muchos millones de europeos murieron para evitar una Europa bajo el yugo alemán. Y cien años más tarde, un nuevo Reich germano está a punto de alzarse en el viejo mundo. Esta no es la Europa que quieren los británicos, pero tampoco es la que los españoles deseamos; y desde luego, no la que nos prometieron.

Esta misma semana hemos asistido también a algo impensable hace apenas un par de años: un neonazi formará parte de la Comisión Contra la Discriminación del Consejo de Europa. Eleni Zaroulia, mujer del líder de Amanecer Dorado y conocida antisemita, formará parte del cupo heleno en un organismo nacido en 1949 para evitar el resurgimiento de las ideologías totalitarias y la discriminación contra el pueblo judío y las minorías étnicas.

No se equivoca Cameron al afirmar que Europa ha pedido su razón de ser. Sus críticas a la opacidad de las decisiones y al rumbo que está tomando la UE están más que justificadas. Si Europa no avanza hacia un proceso federal, democratiza sus instituciones y hace frente a los retos a los que se enfrenta el conjunto de la sociedad occidental, la UE pasará de sueño a pesadilla. De hecho, muchos ya están viviendo la pesadilla; y tarde o temprano querrán despertar.

En lo económico, además, son también rigurosamente acertadas las previsiones de Cameron: la UE perderá una tercera parte de su competitividad en los próximos veinte años de continuar la política económica por la misma senda que transita hoy. Confío – o más bien deseo de todo corazón – que el Reino Unido jamás se marche de la UE, pues son una parte esencial del alma europea; pero si al final se marchan porque el totalitarismo del nuevo Reich se hace definitivamente con el control, harán el último gran servicio a Europa: abrir la puerta por la que saldrán muchos, y esperemos que para entonces, no seamos los tontos de quedarnos los últimos una vez pare la música.

 

Gracias, Obama

Gracias Obama. Sea por interés o cariño, la ayuda de EE.UU. a España está siendo inestimable. Las declaraciones en las que asegura que el gobierno de EE.UU. está <<trabajando muy duro>> para asegurar que nuestro país recibe toda la ayuda que precisa de nuestros socios europeos, es algo más que una frase. Es una llamada de atención sobre Merkel y unos cuantos más. Una colleja que hacía falta que alguien les diese de una puñetera vez.

España nunca ha sabido elegir demasiado bien a sus aliados. Con frecuencia, hemos apostado por socios poco de fiar. Una parte importante del país parece sentir cierta fobia a los yanquis y amar apasionadamente a los Palestinos. Que lo disfruten.

EE.UU. está siendo el mejor socio de España en estos momentos, seguido de países como Reino Unido e Israel. Es la acción coordinada de la diplomacia de varios países la que está trabajando para que las metas de España en Europa se cumplan. Confío que esto sirva para darnos cuentas de lo absurdo de algunos prejuicios y seamos capaces de reorientar nuestra política exterior para hacer piña con aquellos que se lo merecen. 

Europa ¿Qué es eso?

Supongo que muchos españoles, empezando por sus políticos, al preguntarles sobre Europa pondrán cara de póker, como si le estuviésemos preguntando sobre la dinastía de los zulús, la cual de paso, tampoco está de más conocer, aunque no nos sirva para nada.

España siempre ha dado en las encuestas un perfil abrumadoramente europeísta, si bien, en los últimos años, con la crisis y las políticas equivocadas que patrocinan los 27, el cariño por el viejo continente está cayendo en desuso. Es algo normal en cualquier crisis, se acentúan los nacionalismos insolidarios. Pero es precisamente por esto, que es más necesario que nunca la pedagogía política, en este caso, europeísta. Sin embargo, nuestros regidores no están por la labor de explicarnos qué es Europa y qué futuro le depara. Probablemente, esta desidia se deba a una parte de ignorancia cateta y a otra de canguelo. No explican nada de Europa, ni hacen pedagogía europeísta, porque el diseño de la Europa que están construyendo no convence a la ciudadanía.

Ya pasó con el 2005, cuando tanto PP y Psoe – tanto monta, monta tanto – defendieron una constitución infumable, antisocial y basada en la <<democracia indirecta>>. Es decir, en una forma de gobierno de la Unión intergubernamental. De hecho, a día de hoy, sigue siendo imposible constituir un partido paneuropeo, siendo sólo posible la federación en el ámbito europeo de partidos preexistentes en cada país. Además, el Parlamento sigue teniendo reconocido el derecho al pataleo, pero poco más. Es lo que algunos han llamado, la Europa de los mercados.

Los europeos, sin embargo, queremos otra cosa. Queremos la ciudadanía europea, la Europa de los ciudadanos y los pueblos, un Estado Federal o una Confederación de Estados con un Presidente elegido por los ciudadanos en sufragio libre, secreto, directo y universal, una política exterior común y un ejército común, compatible con 27 guardias nacionales.

Para algunos, esto de la defensa y la existencia de un ejército común les puede sonar a ciencia ficción, sin embargo, la idea es anterior incluso a la Comunidad Económica Europea y hunde sus raíces en el pensamiento político de Robert Schuman, uno de los Padres Fundadores  de la Unión Europea. Aún en la época de la Comunidad Europea del Carbón y del Acero, Schuman defendió la integración militar de Europa en lo que fue el fallido intento de crear la Comunidad de Defensa Europea entre 1952 y 1954. La propuesta implicaba la prohibición de dotarse de fuerzas militares al margen del ejército común al margen de las excepciones recogidas en el propio Tratado, por desgracia rechazado por la Asamblea Nacional Francesa.

Desde entonces, la opinión pública es cada vez más favorable a una mayor integración política y defensiva de la UE. Pero exige, y es lógico que así sea, mayor control democrático sobre las instituciones. Ningún europeo – por muy europeísta que sea – está dispuesto a dejar la defensa e integridad de su territorio en manos de un político no elegido por los ciudadanos. Igual con cualquier otra cuestión pública que afecta a la naturaleza esencial del Estado: sólo desde procesos democráticos, donde el ciudadano tenga la oportunidad de elegir libre y directamente a sus gobernantes, se podrá avanzar en la construcción de los Estados Unidos de Europa.

Sin embargo, los políticos no están muy por esa labor. Prefieren mantener sus cuotas de poder antes que abrir un verdadero proceso constituyente a nivel europeo. Quizás por eso, la pedagogía europeísta ocupa un lugar tan secundario en sus agendas. Siquiera celebran los aniversarios.

Sin embargo, este mes de octubre celebramos el vigésimo aniversario del mercado común. Un mercado común que se enfrenta hoy a retos muy importantes, todos relacionados con una mayor integración del viejo continente. No debería extrañarnos; después de veinte años juntos, la realidad y las sinergias generadas exigen más unión económica, más unión fiscal y política; exige, en definitiva, más Europa. Y es que, Europa, aunque no nos hayamos dado cuenta, no es otra cosa que nuestro país.

 

 

La Constatación de un fracaso

En la vida, los referentes son importantes. En la política, los referentes que cada uno sigue, proyectan su sombra sobre las decisiones que toma. Merece la pena reflexionar y ponderar con rigor si los referentes que han sido nuestra guía durante años siguen siendo válidos hoy en día. Este ejercicio de autocrítica debería ser una prioridad para Rajoy y todos los germanófilos que le acompañan. ¿Es el modelo alemán el mejor referente para Europa y en consecuencia para España?

El Deutsche Kinderschutzbund, Sociedad Alemana para la Protección de la Infancia, uno de cada tres niños berlineses viven de la ayuda social, datos que confirma la Statistische Bundesamt, el equivalente a nuestro Instituto Nacional de Estadística. Este dato, triste donde los haya, demuestra el carácter pérfido y antisocial del modelo que propone Merkel y sus halcones. Estamos ante un modelo económico que no solo crea desigualdad entre países de la Unión Europea, también entre los propios ciudadanos de cada país.

El referente de gran parte de los gurús económicos y políticos españoles es un destructor de la clase media. Un modelo pernicioso, basado sólo en la obtención de beneficios – que no es lo mismo que creación de riqueza – que se desentiende de las personas. Las consecuencias del modelo alemán no son unas cuentas saneadas – es mentira, cada alemán carga con una deuda pública un 33% mayor que la de un español –, son millones de familias por debajo del umbral de la pobreza. Una realidad social insostenible que terminará pasando su factura a Alemania, cuya economía, incapaz de exportar por la asfixia que han provocado sus políticos en sus socios comerciales, comienza a dar claros signos de agotamiento.

Rajoy y el PP debería replantear su referente, debería dejar de mirar el ombligo de Alemania y preocuparse por buscar soluciones reales para la economía y las familias. Es falso que las alternativas sean el modelo alemán o el desastre. Otros países, otras economías han sido y son mejores referentes, basta con asomarse a Islandia, a Canadá o a Australia para comprobar que existe otra manera de hacer las cosas. Deberían probarla.

 Enlaces alemanes: www.destatis.de/DE/PresseService/Presse/Pressemitteilungen/zdw/2012/PD12_039_p002.html

http://www.dksb.de/Content/shownews.aspx?news=105

http://www.zenit.org/rssgerman-24485?utm_source=feedburner&utm_medium=feed&utm_campaign=Feed%3A+zenit%2Fgerman+%28ZENIT+Deutsch%29

Eco de la noticia en España:

http://www.abc.es/20120926/sociedad/abci-pobreza-infantil-alemania-201209252011.html