La renuncia del Papa Benedicto XVI
La primera renuncia de un Papa desde 1415, cuando Gregorio XII abandonó el Sitial de Pedro. Hay que recordar que este Papa fue elegido en un cónclave formado por quince cardenales que buscó poner fin al Cisma de Occidente o Cisma de Aviñón, época en la que la Iglesia Católica contó con dos Papas enfrentados, uno de ellos, curiosamente, se llamaba Benedicto XIII. Y como si la historia se repitiera otra vez, la Iglesia de Roma vive una época de profunda división interna, representada, en esta ocasión por dos grandes cardenales: Ángelo Solano, decano del Colegio Cardenalicio y antiguo Secretario de Estado Vaticano con Juan Pablo II; y Tarcisio Bertone, actual Secretario de Estado y Camarlengo que presidirá la Cámara apostólica y gobernará el Vaticano y la Iglesia Católica durante el tiempo que dure la Sede Vacante.
Estos dos cardenales llevan disputándose el poder desde la misma elección de Ratzinger, con las finanzas vaticanas como telón de fondo. La profunda crisis que vive el catolicismo, con una pérdida significativa de fieles y asediada por innumerables escándalos, llevo a Ratzinger a intentar depurar la institución para hacerla más transparente y cercana a la sociedad, propuesta que apoyaba Ángelo Solano. Se trataba de cambiar para que nada cambie. No se pretendía moverse un milímetro de los mensajes contra el aborto, los anticonceptivos, la posición retrógrada en relación a la homosexualidad, los divorcios o el papel de la mujer en la Iglesia. Buscaban, exclusivamente lavar los hábitos para que estos no parezcan sucios a los ojos de los creyentes. Ratzinger impulsó entonces una política de puertas abiertas y mayor transparencia. Pero Tarcisio Bertone se opuso a esta transparencia, sobre todo en lo referente a las finanzas vaticanas, y lo que había sido una tensión oculta se transformó en guerra abierta. Incluso el IOR, el Banco Vaticano, contradijo al Papa y se negó a cumplir la ley 127 promulgada por el Papa en diciembre del 2010 y que obligaba al IOR a mostrar sus cuentas. El entonces Director, Ettore Gotti Tedeschi intentó un pulso con el mismísimo Papa, y apoyado por Bertone, promulgando un decreto que recortaba – prácticamente anulaba –la ley promulgada por Ratzinger. No es de extrañar, entonces, que la salida de Ettore Gotti se diese justo un día antes que el estallido del escándalo conocido como Vatileaks, el 24 de mayo de 2012. Se entiende también que Ratzinger, antes de marcharse, elija a un nuevo director para el IOR, un alemán de su confianza, Caballero de la Orden de Malta, y opuesto a Bertone. Es su venganza final.
Desde aquel 24 de mayo, el cardenal Bertone ha estado presionando al Papa para lograr su renuncia. Presiones que han termino por lograr su objetivo, en parte por la dificultad que el Papa tenía para lograr conservar bajo control la Iglesia Católica en América Latina, dirigida a su antojo por Bertone desde la Secretaría de Estado Vaticana. ¿Por qué no lo destituye y en paz? Porque los secretos de la Curia son muchos, y enemistar en exceso a Bertone supondría asumir una venganza realmente cruel y vergonzosa. Ratzinger es consciente que no puede vencer a Bertone, por eso se marcha, para favorecer que otro con más fuerza y menos hipotecas que él pueda lograr desmontar del poder a Bertone. Y aquí es donde entra en juego el tercero en discordia: Angelo Scola y el llamado Clan de los Milaneses, otra facción que busca un Papa Italiano y que se preocupe y mangonee cuanto pueda en Italia. Los de Scola también están en contra de una mayor transparencia en las cuentas del Vaticano y formaron línea de combate con Bertone para lograr la renuncia de Ratzinger, o su muerte (*). Esta facción podría verse favorecida por la división entre Bertone y Solano, bien recibiendo el apoyo de una de ellas o vendiendo muy caro su apoyo.
Se abre una etapa de autentica guerra dentro y fuera del Vaticano, pues los Legionarios de Cristo y el Opus Dei no dejarán pasar la oportunidad de intentar una nueva alianza que los afiance aún más en el poder, al margen de quien termine siendo el nuevo Papa. Y a ellos se enfrentará, con mucha más fuerza que etapas anteriores los jesuitas, capitaneando a los grupos progresistas de la Iglesia. Ninguna de las facciones en liza escatimará esfuerzos para lograr sus objetivos. Un Cisma encubierto, que puede prolongarse por tiempo indeterminado, y con imprevistas consecuencias, tanto para la Iglesia Católica como para la política internacional. No olvidemos que el Vaticano sigue siendo un actor importante, aunque cada vez con menos fuerza, en la escena internacional. Por no hablar de esos secretos que Bertone ha utilizado para afianzarse en la Secretaría de Estado del Vaticano y doblegar a su jefe. Secretos que estarían asociados con el papel de la Iglesia tras la Segunda Guerra Mundial, la extraña amistad de algunos altos cargos de la Iglesia con la mafia y ciertos asesinatos. Cuestiones de las que ya hablamos en este blog hace más o menos un año, y que hoy se vuelven a poner de actualidad.
- Paolo Romeo, otro de los candidatos a ser Papa fue acusado de asegurar durante un viaje a China que el Ratzinger moriría antes de doce meses, asegurando también que Scola sería su sucesor.
Ver artículos anteriores:
http://paisdeciegos.com/2012/05/29/la-guerra-del-vaticano/
http://paisdeciegos.com/2012/07/07/miserias-del-vaticano-i/
http://paisdeciegos.com/2012/07/08/miserias-del-vaticano-ii/
http://paisdeciegos.com/2012/07/09/miserias-del-vaticano-iii/
Retomamos el trabajo
Los últimos días no hemos actualizado el blog por cuestiones técnicas ajenas a nuestra voluntad. Por suerte ya se ha logrado solucionar el problema, recobrado el acceso al menú del webmaster, y podemos recuperar este pequeño espacio de opinión.
Nuestro agradecimiento a los hacker que nos han dado unos días de vacaciones.
Estos son los post que teníamos preparados para los días que nos cambiaron (varias veces) las contraseñas de acceso al servidor.
MAREA HUMANA
El sábado 15 de septiembre, una marea de hombres y mujeres de todas clases sociales se han manifestado en las calles de Madrid y en cientos de ciudades españolas para protestar contra la política del gobierno Rajoy. Es el primer hito de un otoño caliente que aún no ha empezado y ya ha logrado alborotar todos los rincones del país.
El PP ha logrado – hay que reconocerle el mérito – poner a todo el país de acuerdo: nadie los quiere. Millones de ciudadanos se arrepienten de lo que votaron. Creyeron que un cambio podría solucionar los problemas del país, pero la situación no ha hecho más que empeorar con un gobierno arrogante y déspota en España; sumiso y servil en Europa.
Rajoy no ha sabido enfrentar los problemas de la nación, que son también los problemas de Europa. Se ha doblegado ante los intereses alemanes, dificultando el camino hacia una verdadera Unión Europea. Cada vez son más quienes perciben Europa como un problema y no como la solución, que es lo que debiera ser. Y gran parte de esta percepción es causa de la falta de talla política de nuestro gobierno, que ni ha sabido defender nuestros intereses en el conjunto de la UE, ni ha dado un solo paso para encauzar Europa hacia una Federación, ni tampoco ha sabido explicar a los españoles la verdad de su política.
No ha sabido explicarla porque, entre otras cosas, su agenda oculta contradecía todas las promesas electorales, poniendo en evidencia la gran mentira en la que basaron una parte importante de su oposición y la campaña electoral que protagonizaron. Incluso la brunete mediática, que siempre les apoyó incondicionalmente, ahora duda abiertamente entre pedir perdón por aupar a la cima del poder a un inepto o continuar dándole crédito y conservar la esperanza que un día depositaron en el PP de Rajoy.
Para colmo, mucha de su acción política ha estado impulsada por clientelismos y una vocación confesional que no responde a los tiempos de la sociedad española. Mientras que la sociedad acepta abiertamente el matrimonio homosexual, el aborto o el laicismo, destacadas figuras del nuevo ejecutivo se empeñan en contradecir la opinión de la mayoría de la sociedad imponiendo sus convicciones religiosas vía decreto ley. La prepotencia y ceguera ultracatólica de algunos miembros del PP les impide comprender que ganar unas elecciones y obtener una mayoría absoluta no es un cheque en blanco, que preferir su opción política a la de otros, y más durante un contexto de crisis como el actual, no significa estar de acuerdo en todo el ideario, siendo necesario un esfuerzo de integración, debate y consenso. Sin embargo, el PP, que no se presenta a la opinión pública como un partido confesional, está utilizando la coyuntura de la crisis para socavar acuerdos sociales importantes, impulsar una legislación inspirada por interpretaciones conservadoras de la religión católica y un desmantelamiento progresivo del Estado del Bienestar.
Por si fuera poco, problemas que sí preocupan a la sociedad, como la creciente islamización de barrios y poblaciones enteras, la creciente inseguridad ciudadana o la falta de alternativas culturales al margen de los mercados, son obviadas por el gobierno y gran parte de sus apoyos mediáticos.
La crisis económica, la primera de las preocupaciones, continua cebándose con los más desfavorecidos, y cada vez alcanza a más gente. Médicos, jueces, bomberos, emprendedores, abogados, trabajadores de todos los oficios, están viendo perder su poder adquisitivo, menguar el valor de su patrimonio, temen cada día más por sus trabajos y les preocupa el futuro de sus hijos, muchos de los cuales ya han tenido que emigrar.
La rabia y la impotencia pugnan con la resignación. La sociedad española se debate entre la insurrección y la aceptación de un destino fatal. Ambos sentimientos son destructivos y perjudiciales para el futuro de España. Y más cuando muchos cuestionan su viabilidad. Urge rectificar la orientación política del gobierno.
Rajoy tiene la obligación de dimitir y convocar elecciones. Lo ha intentado, pero no ha sido capaz de lograr uno solo de sus objetivos. España se siente traicionada, se está aplicando un programa electoral demasiado distinto del que los ciudadanos españoles votaron. Es vital regenerar la vida pública para lograr que los ciudadanos recuperen la confianza en las instituciones y puedan trabajar unidos persiguiendo el mismo fin: salir de la crisis, crear riqueza y bienestar para todos. Pero para lograr la regeneración, que es lo que piden los ciudadanos en las calles, hace falta algo más que leyes y reformas; hace falta un gesto. Los españoles quieren ver que los políticos y los banqueros responden de sus errores, asumen su responsabilidad, reconocen su fracaso y ponen fin al bipartidismo y sus lacras. Mientras no percibamos ese gesto, la gente seguirá manifestándose, las tensiones territoriales y sociales continuaran y será muy difícil recuperar la salud económica.
Tras las manifestaciones que se han vivido en España este fin de semana, Rajoy debe escuchar al pueblo y actuar como un estadista y no como un político preocupado por las próximas elecciones. Es el mejor servicio que podría hacer al país.
Señor Griñán, a los andaluces les importa una mierda el río Loukkos.
El río Loukkos, por si no lo sabe, se encuentra en Larache, Marruecos, y eso, por si no lo sabe, no es Andalucía, siquiera es España. ¿Puede explicar por qué gasta 650.000 euros del dinero de nuestros impuestos en un estudio sobre los riesgos de inundación en el tramo final de dicho río? Es usted un imbécil. Usted y todos los que le acompañan en su gobierno, IUCALV incluida. Y quienes le apoyan. Si ellos también son unos imbéciles. Quienes les votan no, a esos los tiene usted engañados.
Mientras se recorta gastos sociales y acude al fondo de liquidez del estado, solicitando mil millones de euros, derrocha nuestros recursos invirtiendo en dinero propio y ajeno donde no se nos ha perdido nada. ¿Qué hay empresarios andaluces allí? Bien, pues que lo paguen ellos, con el paro que hay en Andalucía, no creo que estemos para pagar estudios relacionados con inversiones agrícolas que crearán los trabajos fuera de nuestras fronteras.
La licitación en la que usted se está gastando el dinero no aporta ningún beneficio al conjunto de los andaluces. Ese dinero, un 75% de la UE, lo debería estar empleando en atender a quienes para poder comer están rebuscando en la basura o asaltan supermercados. Con 650.000 se pueden poner en marcha muchos proyectos cooperativos que creen el tan necesario empleo en Andalucía. Con esa cantidad que usted derrocha en la provincia de Larache, podrían pagarse muchas pensiones y muchos subsidios de desempleo.
Ya sé que no es usted competente en pensiones y subsidios de desempleo, tampoco creo que sea competente en estudios fluviales de países extranjeros y bien que en eso sí que se gasta el dinero. Un dinero que nos suyo, siquiera es de Andalucía, es de todos nosotros, de todos los españoles que pagamos (demasiado) a hacienda. Un dinero que incluso pertenece a los contribuyentes europeos, que nos lo dan para mejorar la situación de la región más pobre del continente y usted lo destina a investigar las inundaciones en Larache. Lo dicho, es usted un imbécil. Los tribunales demostrarán, además, si usted o algunos de sus compañeros de gobierno son, además, otras cosas.
La dimisión de Aguirre.
Por sorpresa, como suele ocurrir casi todo en España, Aguirre ha dimitido de sus responsabilidades como Presidenta de la Comunidad de Madrid y parlamentaria en la asamblea de esta comunidad. Es una decisión que tiene muchas lecturas, y que rápidamente ha generado docenas de rumores entre los periodistas que siguen la actualidad española.
Por mi parte, soy de quienes creen que Esperanza Aguirre no tiene pelos en la lengua. Nunca se ha caracterizado por la moderación verbal. No creo que sus motivos sean distintos a los que explicó en rueda de prensa: se marcha porque está cansada y quiere pasar más tiempo con su familia. Se trata, por tanto, de una decisión personal, comprensible, y más que respetable. No hay más que decir.
Si aspiró o no a una embajada u otro puesto institucional es cosa del pasado y a nadie le importa. En cualquier caso, la decisión no era suya, por lo que en cualquier caso, los juicios de valor, corresponden hacerlos sobre quienes decidieron o no concederles estas responsabilidades a las que supuestamente aspiró la hasta ayer Presidenta de Madrid. Para que me entienda todo el respetable: no conozco un político que diga no a un dulce como la Embajada en Londres, con lo visten esas cosas. Que Aguirre manifestase su deseo a sus compañeros de partido no es malo; todo lo contrario, demuestra confianza en sí misma y honestidad. Lo malo es andar diciendo que uno no desea tal o cual puesto y hacer todo lo posible por obtenerlo. En cualquier caso, repito, quien debe explicar por qué no Aguirre y sí Trillo, es Rajoy.
La inaceptable actitud del gobierno
El déficit público no es cosa de risa. Tenemos que afrontar una profunda restructuración de los gastos para lograr la máxima eficiencia, garantizar los servicios públicos, las ayudas sociales y reducir nuestra dependencia de la financiación exterior lo antes posible. De esto no hay duda. La cuestión – y esta es la madre del cordero – es cómo debemos hacerlo. Las políticas de Rajoy, cuestionadas desde todos los ámbitos, tanto nacionales como internacionales (hay están las declaraciones del FMI y la ONU, para cuando la derecha tenga a bien leer), no están dando ningún resultado.
Ahora toca apretarles el cinturón a las Comunidades Autónomas, en especial a las que no son gobernadas por el PP. La propuesta que hace el Montoro en el Consejo de Política Fiscal es inaceptable de todas, todas. A nadie se le escapa la necesidad acuciante de controlar las cuentas públicas y evitar déficit insostenibles que pueden comprometer al conjunto del Estado. Un mínimo sentido de la justicia invita a pensar que, quienes primero deben apretarse el cinto, son aquellas administraciones en las que se derrochó a mansalva. Dicho de otra forma, que empiecen quienes gastaron el presupuesto público en aeropuertos sin aviones y otros despropósitos.
Eso no quita que, todas las comunidades deban aportar lo suyo. Por solidaridad o responsabilidad de Estado, como cada uno prefiera. Pero deben hacerlo. Siempre y cuando, claro está, que las comunidades que han malgastado sus recursos demuestren haber aprendido las lecciones y el reparto del esfuerzo sea equitativo.
Sin garantías de no volver a caer en despropósitos ruinosos de nada sirve el esfuerzo. ¿Para qué ajustarse en una cosa si luego vamos a derrochar en otra? Tampoco parece aconsejable que los ajustes favorezcan a aquellos que más responsabilidad tienen en la gestión del derroche.
Andalucía es castigada – teniendo un endeudamiento menor que la media –, mientras que se favorece a Valencia, Castilla la Mancha y Madrid. Es decir, el gobierno de Rajoy distribuye los objetivos de déficit según sus intereses electorales. Premia a los suyos y castiga a las comunidades en las que no gobierna.
Esta actitud cobarde, indigna y desleal puede provocar un conflicto institucional gravísimo. Conflicto que puede llevar a una revisión profunda de nuestro modelo de Estado e incluso de la democracia.
El PP de sobra sabe que los ajustes que pretenden que lleven a cabo algunas comunidades autónomas son injustos y vaciaría de contenido el Estado Autonómico. Sabe que esto solo servirá para agitar aún más la confrontación y el malestar social. Pero se encuentran en un momento de huida hacia delante. No les importa ya lo que pase ni a costa de quienes pase. Solo quieren que el tiempo corra, y que corra lo más rápido posible.
Absurda y peligrosa situación que debería levantar en pié de guerra a los cuadros medios del PP. Sin embargo, el clientelismo es tal, que todos se han plegado, sumisos, a las decisiones de Rajoy, aun cuando las cuestionan entre bambalinas.
Lo más decente sería dimitir y convocar elecciones. Pero Rajoy no es decente. Aguantará todo el tiempo que pueda. Y si no puede llegar a los turrones sólo, intentará un gobierno de concentración, al cual se ha resistido hasta el momento, aunque muchas voces de su partido le insisten en ello.
Íñigo Méndez debe dimitir
Íñigo Méndez de Vigo y Montijo es el Secretario de Estado para la UE y responsable directo de la nota de prensa que indignó a Europa y enfadó a los gobiernos de Francia e Italia. En aquél comunicado se dijo que nuestros tres países habían firmado una declaración conjunta que nunca existió. Fue él quien redactó la nota y la envió con membrete del Ministerio de Exteriores, aprovechando que el ministro se encontraba de viaje por Perú.
Meteduras de pata de esta magnitud, por muy bienintencionada que sea, no pueden pasar sin que los implicados asuman su responsabilidad o que el gobierno, si es que ellos se niegan a dimitir, los destituya de inmediato. Un país serio, o que pretende pasar como tal ante la comunidad internacional, debe ser capaz de depurar las responsabilidades que emanan de los errores que se comenten, en especial en relación a políticas tan sensibles como las relaciones internacionales.
La Secretaría de Estado para la UE es una de las funciones gobernativas más importantes para España. Algunos creemos que debería ser objeto de un ministerio propio, pero ese es otro tema. Llama la atención, no obstante, la poca importancia que suelen darle a esta Secretaría los gobiernos del PP y Psoe. Es una de las cenicientas de los gobiernos españoles. Y este “carácter menor” que se le da a la Secretaría de Estado para la UE la razón última de la descoordinación que propicia el terrible error de Íñigo Méndez. Que conste que considero que debe dimitir y asumir su responsabilidad, pero soy de los que piensa que hay mucho mar de fondo en este ridículo episodio.
Mal por los medios de comunicación que han resaltado que Íñigo Méndez es de origen noble, descendiente del marqués de Cuba. Nadie es responsable de la familia en la que nace. Desacreditar a una persona porque es hijo de nobles no es muy diferente de desacreditarlo por tener los ojos claros u oscuros. Por cierto, los mismos periódicos y columnistas que se han entretenido en relatar la genealogía de Íñigo Méndez, se olvidan de recordar también sus méritos: Premio Salvador Madariaga, de la Asociación de Periodistas Parlamentarios, Premio Capalbio, Gran Cruz de la Orden del Mérito Civil, Orden del Mérito Constitucional, Medalla de Plata del Real Instituto de Estudios Europeos, Medalla de Honor de la Sociedad General de Autores y Editores, Medalla de Oro de al Mérito Europeo, Medalla de Oro de los Comités de Acción por la Unión Europea, Gran Cruz al Mérito de la República Federal Alemana, Caballero de la Legión de Honor, Orden de la Estrella de la Solidaridad Italiana; también es presidente de la Unión Paneuropea, Patrono y Vicepresidente de la ONG Ayuda en Acción, Presidente del Colegio de Europa, la más prestigiosa institución de postgrado en ciencias sociales de Europa.
Al Cesar lo que es del Cesar y a Dios lo que es de Dios. La trayectoria académica – fue catedrático Jean Monnet, profesor de Constitucional en la Complutense, de Derechos Humanos en Estrasburgo y derecho comunitario en la CEU San Pablo – cívica y europea de Íñigo Méndez está más que fuera de toda duda. Ha cometido un error muy grave y debe pagar por él. Desacreditar su persona, basándose en cosas del pasado, es de ser mala persona.
Quien mienta que se largue
Según publicaba ayer ABC, el flamante Comisario de la Competencia, Joaquín Almunia, aseguraba, en un foro de debate organizado por el conocido periódico, que <<las recomendaciones de la Unión Europea, entre ellas subir el IVA, son vinculantes>>. Es decir, que el gobierno de Rajoy tendrá que subir el IVA de todas, todas.
En más de una ocasión, desde esta humilde tribuna que es paísdeciegos.com, hemos solicitado al Psoe que liquide a Almunia – políticamente hablando, se entiende –, pues sus continuos comentarios están causando más destrozos que otra cosa. Quien siga este blog sabe que Almunia no nos cae bien, que por nosotros estaría jubilado de la política hace tiempo. Sin embargo, sigue siendo – y no nos explicamos por qué – una de las personas más influyentes en el gobierno de la UE, razón por la que sus palabras deben ser tenidas muy en cuenta. Es decir, que si dice que lo de la subida del IVA va en serio, deberíamos creerle.
El problema, es que Rajoy asegura que no existe ninguna contraprestación política al rescate. Pues o miente uno, o miente el otro; pero los dos no pueden estar diciendo la verdad. Las recomendaciones de la UE, o son vinculantes o no lo son. Aquí no hay grises. O lo uno o lo otro. O se es o no se es. O se está vivo o enterrado.
Entre tanta mentira y tanta verdad disimulada, un servidor no sabe ya que pensar. Pero una cosa está clara: quien esté mintiendo debería largarse. Si quién miente es Rajoy, debería adelantar elecciones el mismo día que firme la subida del IVA. Si por el contrario es Almunia quien se ha columpiado, debe dimitir; o sus compañeros de partido – Rubalcaba, esto va por ti – pedirle la dimisión. España no merece tanto embustero tocándonos las narices y las cuentas públicas.
Enlace a la noticia publicada en ABC:
http://www.abc.es/20120625/economia/abci-cronica-foroabc-almunia-201206251624.html
Dívar, el hombre al que nadie echará de menos
Dívar ha dimitido. No ha perdido perdón ni dado la cara en el Parlamento, ni ante los medios de comunicación. Una actitud nacida del miedo y la arrogancia. Tampoco me importa mucho lo que este tipo pueda decir. En realidad no le culpo.
Este juez siempre fue así, peculiar, por decirlo de forma fina. Quien tiene la culpa es quien lo puse como Presidente del Consejo General del Poder Judicial. Y aquí las culpas se reparten a partes iguales entre el Psoe y el PP. Aunque es el Psoe quien más tiene que explicar. ¿Cómo es posible que alguien que jamás había logrado ningún tipo de categoría en la magistratura? Su nombramiento causó tanto estupor como sorna. Era como si al último de la clase lo eligen para representar a la escuela en un concurso matemático; no es que no pueda llegar a hacerlo bien, es que la cosa pinta negra.
Además, este señor, que tiene la costumbre de peregrinar a Tierra Santa todos los años, es conocido por sus posiciones ultraconservadoras y ser un defensor acérrimo de la Iglesia Católica. Y no es que haya nada malo en ello, cada uno es libre de creer o no creer, eso a mí no me importa. Lo que resulta sorprendente es que un partido laico apoye a alguien con el historial de Dívar para el cuarto poder del Estado.
Pero igual que Dívar ha dimitido cuando le ha salido a él de los mismos redaños y se marcha sin comparecer en el Parlamento ni ante los medios de comunicación, me da la sensación que tampoco el Psoe dará ninguna explicación ni asumirá su responsabilidad. Y es que los políticos borraron la palabra responsabilidad de sus diccionarios.
Sois una Vergüenza
Carmen Álvarez – Arenas (PP) y Concha Gutiérrez del Castillo (PSOE), si tuvieseis un mínimo de dignidad dimitiríais de vuestros escaños. Si en vuestros partidos existiese un mínimo de vergüenza, os exigiría la dimisión.