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Posts Tagged ‘Unión Europea’

De la Reforma Local

Es imprescindible. Nadie lo puede poner en duda. La situación de los entes locales en España es vergonzosa. Por un lado, carecen de una financiación adecuada; por otro, son territorio proclive al abuso de poder, la simonía y el clientelismo. Todos sabemos de casos en los que un alcalde y los concejales de su grupo cobran cantidades obscenas, y se rodean de infinidad de asesores, puestos de libre designación, choferes y secretarias. Hay poblaciones de apenas 200.000 habitantes que disponen de gabinetes de prensa (escogidos a dedo) más numerosos que el de Presidencia del Gobierno.  Poner coto a estos abusos, limitando el número de liberados, asesores y puestos de libre designación, regulando sus salarios y evitando las puertas de atrás (proliferación de entes y empresas públicas, y asociaciones subvencionadas por los ayuntamientos), debería ser una prioridad de todos.

El problema surge cuando, a raíz de estos cambios necesarios (una imposición de la realidad, la sociedad y tomada a instancias de la UE, que nos dio varios toques informales al respecto), se intentan colar cuestiones que no son tan pulcras en sus intenciones. Con la Reforma Local que busca el PP, se pretende, entre otras cosas, blindar el bipartidismo.

Es en la administración local donde más fácil tienen lograr representación las fuerzas más pequeñas. Limitando las competencias se pretende que tengan una capacidad de gestión mínima, impidiendo que los ciudadanos puedan contrastar distintos modelos de gestión política. Además, con la limitación en el número de concejales liberados (mucho más drástica que en asesores y demás chufla enchufada), se busca restar recursos humanos y políticos a los grupos más pequeños. A día de hoy, un concejal portavoz en un ayuntamiento es todo el personal con dedicación exclusiva que cuentan formaciones como IU o UPyD en toda una provincia. Restando esta liberación, se pretende limitar la capacidad de acción de estos partidos.

Además, la redefinición del mapa municipal, llevaría a la integración de muchos pequeños municipios en otros más grandes. Como consecuencia, poblaciones de apenas quinientos o seiscientos habitantes pasaran a depender de un municipio cuyo núcleo de población principal es de cinco o diez mil habitantes. Consecuencia: las pequeñas poblaciones perderán cualquier capacidad de decisión sobre su propio destino, quedando en manos de los intereses económicos, a menudo especulativos, de poblaciones más grandes. En pocos años, asistiremos a una depredación del territorio rural. La población nativa de aldeas rurales se verá desplazada por los intereses económicos de grandes grupos económicos con intereses turísticos e inmobiliarios. Con la actual propuesta de Reforma de la Ley Local, certificaremos el final del mundo rural y se apuntalará el bipartidismo, el cual parece ser el objetivo último del PP en esta legislatura.

En realidad, lo que hace grandes o pequeños a los partidos no es tanto el número de diputados en el Congreso como su poder territorial y su presencia en todas las administraciones. Es de los ayuntamientos y las diputaciones provinciales desde donde llega mayor financiación a los partidos políticos mayoritarios. Es también, la base de su poder territorial. Está más que comprobado que allí donde se rompe el bipartidismo a nivel local se hunde también a nivel autonómico. Eso es justo lo que quieren impedir con esta reforma. Pretenden vaciar de competencias los ayuntamientos con el objetivo de ponérselo más difícil a los partidos pequeños. 

Elecciones en Italia

Aunque no están ocupando muchos titulares de prensa, las elecciones italianas pueden ser determinantes para el futuro de la UE, y sobre todo, para los objetivos de España, que junto a Francia (cuya economía se deteriora a marchas forzadas), precisa de aliados que logren involucionar la austeridad impuesta y permitan el crecimiento.

Berlusconi ha llegado para enrarecer, de nuevo, el ya pesado y complejo sistema político italiano. Una democracia que aún no se ha repuesto del hundimiento de sus dos grandes partidos: el Partido Comunista Italiano, el más importante de Europa; y la Democracia Cristiana. Curiosamente, mucho de lo que se está viviendo hoy en España, lo sufrieron los italianos hace más de veinte años, cuando a comienzo de los noventa, tras la ciada del muro de Berlín, las contradicciones internas y los problemas de corrupción hundieron a las dos grandes formaciones, permitiendo el resurgir de los populismos.

Como consecuencia del hundimiento de unos partidos que, no lo olvidemos, sirvieron de referente para la creación de los dos grandes partidos que gobiernan en España, la política italiana se fragmentó en una pléyade de partidos pequeños que concurren a las elecciones en endebles coaliciones. Esta debilidad de los partidos, y la ausencia de programas que los amalgamen, dejo espacio para que figuras como Berlusconi alcanzasen el poder. Pero sería injusto acusar sólo a Berlusconi, pues él  representa un arquetipo de populismo, asociado con la derecha y los poderes financieros y mediáticos. En el otro lado, un exultante Beppe Grillo, igual de populista que Berlusconi, impulsa un movimiento de clara tendencia izquierdista y asamblearia que se abre paso entre unos partidos débiles y desacreditados, rehenes en muchos casos de su propio pasado, al cual no han sabido (o no han querido) dar la espalda.

Italia debe servir para la reflexión, pues el mejor ejemplo de lo que puede llegar a convertirse la política española durante décadas, si somos incapaces de asumir las reformas necesarias para evitar que nuestra joven democracia se convierta en el terreno abonado a la demagogia y el populismo. Además, como he dicho más arriba, los resultados de de estas elecciones pueden ser trascendentales para el futuro de Europa, y en especial para los intereses de España y el conjunto de los países mediterráneos. 

La pasividad que mata

Cuando gente tan dispar como Alejo Vidal-Quadras y Cayo Lara coinciden en algo, es que algo grave está pasando. En su blog de Intereconomía, el eurodiputado del PP solicitaba esta semana un Congreso Extraordinario del PP, que es lo mismo que decir <<váyase, señor Rajoy. Váyase>>. Cayo Lara lleva semanas pidiendo la dimisión del Presidente del Gobierno, en esto se adelantó a Rubalcaba, que no tiene los reflejos muy afinados últimamente.

Rajoy, por su parte, como quien oye llover. A lo suyo, que seguro que él sabrá lo que es, porque lo que somos los españoles, no tenemos la más remota idea de a qué puñeta dedica el tiempo. Anda, como siempre, esperando que la tormenta escampe. Ha sido su estrategia desde que entró en política: sentarse y esperar que el tiempo resuelva los problemas y sus rivales cometan errores que los precipiten al vacío. Pero esta vez no parece que la cosa vaya a darle buenos resultados.

Primero porque este no es tiempo de retóricas, es momento de acciones, y acciones contundentes, que no dejen lugar a dudas. Segundo, porque la sociedad española está cansada de esperar y la paciencia de todos tiene un límite, una frontera cada vez más cercana. Su pasividad está enfadando aún más que las noticias sobre presuntas corruptelas que inundan el mercado mediático.

Algunos dice que está cavando su propia tumba. Creo que tienen razón, la reelección la tiene muy difícil. Pero ese no es el problema. El problema es que tanto está cavando que en la fosa cabrán muchos. Por ahora, seis millones de desempleados y cientos de miles de empresas que han cerrado. En la tumba que está cavando terminará por enterrarse él y la esperanza de toda una generación. Y que la cosa quede ahí, porque cuanto más se enrarece el clima político, más gente se desencanta con la democracia.

El Presidente del Gobierno no puede seguir escondiéndose tras discursos vagos y segundos en la lista de los poderosos. Tiene que dar la cara. España no puede creer que esté gobernada por una televisión de plasma. Urge tomar medidas legislativas que garanticen la regeneración democrática. A la par, debe dar un giro a su política económica pese a quien le pese. Europa está a punto de estallar en mil pedazos. Los discursos en el seno de la Unión son cada vez más distantes unos de otros, y pende como una mortal amenaza la posibilidad de un referéndum en el Reino Unido que abriría la caja de Pandora. Es el momento de plantarse. De decir basta. Y exigir una integración política y la corresponsabilidad de todos en la resolución de los problemas que afectan a gran parte de los países de la Unión o romper la baraja. Me dolería más que a nadie, pues soy un europeísta ferviente; pero no podemos tolerar que Europa se convierta en el cortijo privado de Merkel y los demás profetas del Reich.

En alguna ocasión, Rajoy ya ha manifestado su contrariedad a las políticas de Merkel, pero no le acompañan los hechos. Tampoco puede decirse que valga mucho como comunicador. Tiene que actuar en los dos frentes abiertos. En el interior, favorecer cambios que garanticen un nuevo modelo democrático, donde los ciudadanos tengan más control sobre sus representantes públicos; esto es, listas abiertas y diputados que rindan cuenta a sus votantes en las circunscripciones por las que son elegidos y no las direcciones de los partidos. En el frente exterior, tiene que hacer piña con los países que exigen un cambio en la política económica de la UE, más integración política y democratización de las instituciones. Y debe hacerlo con la rotundidad de quien sabe que defiende lo que es justo, y que estará dispuesto a llegar hasta el final – incluso la salida de la UE y el retorno a la peseta – antes que continuar arrodillado y esclavo.

Esperar a que al enemigo se le agoten las balas mata a muchos soldados. Una sangría de vidas y sueños que España no puede permitirse. No puede continuar encerrado en la trinchera, debe cambiar de táctica y pasar a la ofensiva cueste lo que cueste. De lo contrario, esta guerra de desgaste terminará minando la moral de la sociedad y destruyendo a toda una generación. En su mano está hacer algo. En la nuestra, exigírselo día tras día, y pasarle la factura en cuanto tengamos la oportunidad. Y espero que sea pronto. 

Otra razón para querer más Europa

La semana pasada, la UE aprobó la Directiva 76/768CEE, que prohíbe la venta de productos cosméticos experimentados en animales a partir del próximo 1 de marzo de 2013. Esta fecha es el tope del que disponen las empresas para retirar del mercado los productos que hayan sido testados en animales.

Este paso se ha logrado gracias a la presión social y a la acción coordinada de grupos ecologistas, animalistas y sectores progresistas y liberales. Supone poner la ética por encina de la estética, acabando de raíz con la vergonzosa tortura sin sentido de animales indefensos; pero también una noticia de calado económico, pues la experimentación era usada sólo por ser más económica que otros métodos científicos, incluso más fiables, y en países en vías de desarrollo, debido a que la mayor parte de los países europeos prohibían la experimentación y fabricación de este tipo de productos. Ahora, la prohibición va más allá e impedirá la entrada a los productos testados en animales en cualquier parte del mundo.

Además, es un logro del Parlamento de Europa, de una Europa que deja ver su mejor cara cuando la dejan ser democrática. Esta es la Europa que merece la pena, la de los ciudadanos y no la de los gobiernos y los mercados, hoy de rodillas ante el IV Reich alemán. Es decir, de la banca alemana. 

De la Ley de Unidad de Mercado

26/01/2013 2 comentarios

Lo malo de esta ley no es su existencia, es su necesidad. La ley que acaba de aprobar el Gobierno tendrá sus virtudes y defectos, como cualquier obra humana, pero nadie podrá dudar de su necesidad y coherencia. Necesaria porque las diferentes trabas burocráticas e incluso impositivas que encontramos según la Comunidad Autónoma, nos devolvían al medio, con su diversidad de sistemas impositivos, privilegios y ausencia de mercados libres. En este sentido, España ha practicado en los últimos tres lustros una suerte de colbertismo económico, política propia de la Francia del siglo XVII. Recordemos cuáles eran sus prácticas más renombradas:

1)      Fuerte intervencionismo que impedía la libre competencia.

2)      Proteccionismo de los mercados internos.

3)      Subsidios a las exportaciones.

Vamos, lo que las Comunidades Autónomas han estado haciendo desde hace quince o veinte años: intervenir en los mercados mediante empresas públicas o privilegiando empresas privadas mediante concesiones de centros y servicios públicos, barreras administrativas para impedir la competencia de los de “fuera”, y engordar los presupuestos subvencionando no ya a las exportaciones, sino a cualquiera que sector o empresa que se considerase “estratégica”, con frecuencia coincidiendo con los intereses electorales de los gobiernos locales y autonómicos.

Esta situación generó una ruptura en diecisiete pedazos del mercado nacional ha traído no pocos problemas a nuestros emprendedores y dificultado la creación de riqueza real. Lo más triste de todo es que los debates sobre la libertad de mercado son propios del siglo XIX y no del XXI. Fue tras la caída del Antiguo Régimen cuando los librecambistas pelearon por la superación de las fronteras económicas. Algo que se ha demostrado que contribuye, más que cualquier otra cosa, a la paz y la prosperidad de los pueblos. Sin embargos, algunos líderes autonómicos parecen desear levantar muros económicos y políticos a su alrededor.

Las políticas proteccionistas de las Comunidades Autónomas están generando la fragmentación de nuestra economía y dificultando la recuperación, además de destruir nuestra competitividad. La actual dispersión normativa reduce las economías de escala y eleva los costes, con la consecuente pérdida de competitividad en los mercados internacionales, pérdida de beneficios y destrucción de empleo. Era prioritario recuperar la unidad de mercado; y el error era no haberlo hecho antes.

La descentralización del poder que supone la existencia de las CCAA debería ser un aliciente para uno de sus grandes aspectos positivos: la competencia institucional. Sin embargo, lejos de darse este escenario, las instituciones impiden la libre competencia con un exceso regulatorio y compensas sus errores estratégicos con proteccionismo y un increíble aumento de las subvenciones y ayudas a las empresas radicadas en sus territorios.

Pero además de necesaria, como decía al principio, es coherente. Primero porque Rajoy – que no el PP, donde abundan los conservadores más que los liberales –, presumía de ser un liberal convencido; cosa que cuesta creer a la vista de las decisiones que ha tomado (subida de impuesto, rescate del sector financiero con medios públicos, intentos de condicionar el ejercicio de derechos civiles como el de manifestación pacífica, etc.), sobre todo porque la adopción de una moneda única supone un paso determinante hacia la integración de los mercados nacionales. Un proceso que obliga a corresponsabilizar la deuda de los Estados entre los socios del Euro, armonizar las políticas fiscales y presupuestarias, avanzar en marcos reguladores comunes, etc. Es decir, más Unión Europea. Un proyecto que sólo podrá lograrse si, cada uno, hace sus deberes en casa, cosa a la que muchos parecen no estar dispuestos. 

La Constatación de un fracaso

En la vida, los referentes son importantes. En la política, los referentes que cada uno sigue, proyectan su sombra sobre las decisiones que toma. Merece la pena reflexionar y ponderar con rigor si los referentes que han sido nuestra guía durante años siguen siendo válidos hoy en día. Este ejercicio de autocrítica debería ser una prioridad para Rajoy y todos los germanófilos que le acompañan. ¿Es el modelo alemán el mejor referente para Europa y en consecuencia para España?

El Deutsche Kinderschutzbund, Sociedad Alemana para la Protección de la Infancia, uno de cada tres niños berlineses viven de la ayuda social, datos que confirma la Statistische Bundesamt, el equivalente a nuestro Instituto Nacional de Estadística. Este dato, triste donde los haya, demuestra el carácter pérfido y antisocial del modelo que propone Merkel y sus halcones. Estamos ante un modelo económico que no solo crea desigualdad entre países de la Unión Europea, también entre los propios ciudadanos de cada país.

El referente de gran parte de los gurús económicos y políticos españoles es un destructor de la clase media. Un modelo pernicioso, basado sólo en la obtención de beneficios – que no es lo mismo que creación de riqueza – que se desentiende de las personas. Las consecuencias del modelo alemán no son unas cuentas saneadas – es mentira, cada alemán carga con una deuda pública un 33% mayor que la de un español –, son millones de familias por debajo del umbral de la pobreza. Una realidad social insostenible que terminará pasando su factura a Alemania, cuya economía, incapaz de exportar por la asfixia que han provocado sus políticos en sus socios comerciales, comienza a dar claros signos de agotamiento.

Rajoy y el PP debería replantear su referente, debería dejar de mirar el ombligo de Alemania y preocuparse por buscar soluciones reales para la economía y las familias. Es falso que las alternativas sean el modelo alemán o el desastre. Otros países, otras economías han sido y son mejores referentes, basta con asomarse a Islandia, a Canadá o a Australia para comprobar que existe otra manera de hacer las cosas. Deberían probarla.

 Enlaces alemanes: www.destatis.de/DE/PresseService/Presse/Pressemitteilungen/zdw/2012/PD12_039_p002.html

http://www.dksb.de/Content/shownews.aspx?news=105

http://www.zenit.org/rssgerman-24485?utm_source=feedburner&utm_medium=feed&utm_campaign=Feed%3A+zenit%2Fgerman+%28ZENIT+Deutsch%29

Eco de la noticia en España:

http://www.abc.es/20120926/sociedad/abci-pobreza-infantil-alemania-201209252011.html

Retomamos el trabajo

Los últimos días no hemos actualizado el blog por cuestiones técnicas ajenas a nuestra voluntad. Por suerte ya se ha logrado solucionar el problema, recobrado el acceso al menú del webmaster, y podemos recuperar este pequeño espacio de opinión.

Nuestro agradecimiento a los hacker que nos han dado unos días de vacaciones.

Estos son los post que teníamos preparados para los días que nos cambiaron (varias veces) las contraseñas de acceso al servidor.

MAREA HUMANA

El sábado 15 de septiembre, una marea de hombres y mujeres de todas clases sociales se han manifestado en las calles de Madrid y en cientos de ciudades españolas para protestar contra la política del gobierno Rajoy. Es el primer hito de un otoño caliente que aún no ha empezado y ya ha logrado alborotar todos los rincones del país.

El PP ha logrado – hay que reconocerle el mérito – poner a todo el país de acuerdo: nadie los quiere. Millones de ciudadanos se arrepienten de lo que votaron. Creyeron que un cambio podría solucionar los problemas del país, pero la situación no ha hecho más que empeorar con un gobierno arrogante y déspota en España; sumiso y servil en Europa.

Rajoy no ha sabido enfrentar los problemas de la nación, que son también los problemas de Europa. Se ha doblegado ante los intereses alemanes, dificultando el camino hacia una verdadera Unión Europea. Cada vez son más quienes perciben Europa como un problema y no como la solución, que es lo que debiera ser. Y gran parte de esta percepción es causa de la falta de talla política de nuestro gobierno, que ni ha sabido defender nuestros intereses en el conjunto de la UE, ni ha dado un solo paso para encauzar Europa hacia una Federación, ni tampoco ha sabido explicar a los españoles la verdad de su política.

No ha sabido explicarla porque, entre otras cosas, su agenda oculta contradecía todas las promesas electorales, poniendo en evidencia la gran mentira en la que basaron una parte importante de su oposición y la campaña electoral que protagonizaron. Incluso la brunete mediática, que siempre les apoyó incondicionalmente, ahora duda abiertamente entre pedir perdón por aupar a la cima del poder a un inepto o continuar dándole crédito y conservar la esperanza que un día depositaron en el PP de Rajoy.

Para colmo, mucha de su acción política ha estado impulsada por clientelismos y una vocación confesional que no responde a los tiempos de la sociedad española. Mientras que la sociedad acepta abiertamente el matrimonio homosexual, el aborto o el laicismo, destacadas figuras del nuevo ejecutivo se empeñan en contradecir la opinión de la mayoría de la sociedad imponiendo sus convicciones religiosas vía decreto ley. La prepotencia y ceguera ultracatólica de algunos miembros del PP les impide comprender que ganar unas elecciones y obtener una mayoría absoluta no es un cheque en blanco, que preferir su opción política a la de otros, y más durante un contexto de crisis como el actual, no significa estar de acuerdo en todo el ideario, siendo necesario un esfuerzo de integración, debate y consenso. Sin embargo, el PP, que no se presenta a la opinión pública como un partido confesional, está utilizando la coyuntura de la crisis para socavar acuerdos sociales importantes, impulsar una legislación inspirada por interpretaciones conservadoras de la religión católica y un desmantelamiento progresivo del Estado del Bienestar.

Por si fuera poco, problemas que sí preocupan a la sociedad, como la creciente islamización de barrios y poblaciones enteras, la creciente inseguridad ciudadana o la falta de alternativas culturales al margen de los mercados, son obviadas por el gobierno y gran parte de sus apoyos mediáticos.

La crisis económica, la primera de las preocupaciones, continua cebándose con los más desfavorecidos, y cada vez alcanza a más gente. Médicos, jueces, bomberos, emprendedores, abogados, trabajadores de todos los oficios, están viendo perder su poder adquisitivo, menguar el valor de su patrimonio, temen cada día más por sus trabajos y les preocupa el futuro de sus hijos, muchos de los cuales ya han tenido que emigrar.

La rabia y la impotencia pugnan con la resignación. La sociedad española se debate entre la insurrección y la aceptación de un destino fatal. Ambos sentimientos son destructivos y perjudiciales para el futuro de España. Y más cuando muchos cuestionan su viabilidad. Urge rectificar la orientación política del gobierno.

Rajoy tiene la obligación de dimitir y convocar elecciones. Lo ha intentado, pero no ha sido capaz de lograr uno solo de sus objetivos. España se siente traicionada, se está aplicando un programa electoral demasiado distinto del que los ciudadanos españoles votaron. Es vital regenerar la vida pública para lograr que los ciudadanos recuperen la confianza en las instituciones y puedan trabajar unidos persiguiendo el mismo fin: salir de la crisis, crear riqueza y bienestar para todos. Pero para lograr la regeneración, que es lo que piden los ciudadanos en las calles, hace falta algo más que leyes y reformas; hace falta un gesto. Los españoles quieren ver que los políticos y los banqueros responden de sus errores, asumen su responsabilidad, reconocen su fracaso y ponen fin al bipartidismo y sus lacras. Mientras no percibamos ese gesto, la gente seguirá manifestándose, las tensiones territoriales y sociales continuaran y será muy difícil recuperar la salud económica.

Tras las manifestaciones que se han vivido en España este fin de semana, Rajoy debe escuchar al pueblo y actuar como un estadista y no como un político preocupado por las próximas elecciones. Es el mejor servicio que podría hacer al país.

Señor Griñán, a los andaluces les importa una mierda el río Loukkos.  

El río Loukkos, por si no lo sabe, se encuentra en Larache, Marruecos, y eso, por si no lo sabe, no es Andalucía, siquiera es España. ¿Puede explicar por qué gasta 650.000 euros del dinero de nuestros impuestos en un estudio sobre los riesgos de  inundación en el tramo final de dicho río? Es usted un imbécil. Usted y todos los que le acompañan en su gobierno, IUCALV incluida. Y quienes le apoyan. Si ellos también son unos imbéciles. Quienes les votan no, a esos los tiene usted engañados.

Mientras se recorta gastos sociales y acude al fondo de liquidez del estado, solicitando mil millones de euros, derrocha nuestros recursos invirtiendo en dinero propio y ajeno donde no se nos ha perdido nada. ¿Qué hay empresarios andaluces allí? Bien, pues que lo paguen ellos, con el paro que hay en Andalucía, no creo que estemos para pagar estudios relacionados con inversiones agrícolas que crearán los trabajos fuera de nuestras fronteras.

La licitación en la que usted se está gastando el dinero no aporta ningún beneficio al conjunto de los andaluces. Ese dinero, un 75% de la UE, lo debería estar empleando en atender a quienes para poder comer están rebuscando en la basura o asaltan supermercados.  Con 650.000 se pueden poner en marcha muchos proyectos cooperativos que creen el tan necesario empleo en Andalucía. Con esa cantidad que usted derrocha en la provincia de Larache, podrían pagarse muchas pensiones y muchos subsidios de desempleo.

Ya sé que no es usted competente en pensiones y subsidios de desempleo, tampoco creo que sea competente en estudios fluviales de países extranjeros y bien que en eso sí que se gasta el dinero. Un dinero que nos suyo, siquiera es de Andalucía, es de todos nosotros, de todos los españoles que pagamos (demasiado) a hacienda. Un dinero que incluso pertenece a los contribuyentes europeos, que nos lo dan para mejorar la situación de la región más pobre del continente y usted lo destina a investigar las inundaciones en Larache. Lo dicho, es usted un imbécil. Los tribunales demostrarán, además, si usted o algunos de sus compañeros de gobierno son, además, otras cosas.

 La dimisión de Aguirre.

Por sorpresa, como suele ocurrir casi todo en España, Aguirre ha dimitido de sus responsabilidades como Presidenta de la Comunidad de Madrid y parlamentaria en la asamblea de esta comunidad. Es una decisión que tiene muchas lecturas, y que rápidamente ha generado docenas de rumores entre los periodistas que siguen la actualidad española.

Por mi parte, soy de quienes creen que Esperanza Aguirre no tiene pelos en la lengua. Nunca se ha caracterizado por la moderación verbal. No creo que sus motivos sean distintos a los que explicó en rueda de prensa: se marcha porque está cansada y quiere pasar más tiempo con su familia. Se trata, por tanto, de una decisión personal, comprensible, y más que respetable. No hay más que decir.

Si aspiró o no a una embajada u otro puesto institucional es cosa del pasado y a nadie le importa. En cualquier caso, la decisión no era suya, por lo que en cualquier caso, los juicios de valor, corresponden hacerlos sobre quienes decidieron o no concederles estas responsabilidades a las que supuestamente aspiró la hasta ayer Presidenta de Madrid. Para que me entienda todo el respetable: no conozco un político que diga no a un dulce como la Embajada en Londres, con lo visten esas cosas. Que Aguirre manifestase su deseo a sus compañeros de partido no es malo; todo lo contrario, demuestra confianza en sí misma y honestidad. Lo malo es andar diciendo que uno no desea tal o cual puesto y hacer todo lo posible por obtenerlo. En cualquier caso, repito, quien debe explicar por qué no Aguirre y sí Trillo, es Rajoy.

 

El mundo no cabe en TVE

14/08/2012 1 comentario

Puede que el PP crea que todos sus problemas se solucionan controlando los telediarios de TVE. Creen que su imponente aparato mediático puede ser suficiente para evitar el descalabro. Quién sabe si también superar la crisis a fuerza de optimismo en vena. Sin embargo, la realidad no es aquello que cuenta la caja tonta ni las páginas de tinta comprada. La realidad es aquello de lo que no te puedes abstraer, eso que si tiras por la puerta, entra por la ventana o baja descolgándose por la chimenea.

Quiere el PP transmitir normalidad. Se va de vacaciones y a los toros. Mientras, media España arde asolada por incendios forestales y la otra mitad se ahoga en la crisis económica. Pero el PP y TVE a lo suyo, a las Olimpiadas, y a pintar una España de color de rosa y un gobierno eficiente y capaz. Pero resulta que en España, esa España en la que según TVE nunca pasa nada y todo es perfecto y maravilloso (te lo juro por snoopy ), hay ayuntamientos que han decidido poner candados a los contenedores de basura para evitar que los vecinos asalten los desperdicios que dejan los supermercados.

Existen dos Españas. Qué le vamos a hacer. Pero no tiene nada que ver con el añejo discurso de las dos orillas o la España de los unos y los otros. Las dos Españas son la virtual, maravillosa, sedativa y ficticia que cuentan los medios de comunicación afines al PP – con TVE ya como buque insignia – y la real, la que se respira y padece cada día. Puede que ganen la batalla de la imagen y la comunicación; pero la batalla a librar con la realidad la tienen totalmente perdida.

Mientras, en Europa alucinan con nosotros. El otro día, un amigo escocés me decía: << sois como un bólido sin conductor>>. Razón no le faltaba. España puede medirse con éxito a cualquier país. Talento y recursos no nos faltan, de lo que andamos escasos es de quien capitanee este buque.

¿Se imaginan al capitán de un navío culpando al barco del temporal? Pues eso es justo lo que hace Rajoy y sus huestes, y esa la imagen que están transmitiendo al conjunto de la Unión Europea, que ya empieza a seguir la crisis española como si de un culebrón se tratase. Una Dallas castiza y mucho más terrible que la serie de ficción. Lo que parece que no saben allende los pirineos es que nuestros “líderes” gobiernan pensando en el guión de los telediarios. Hacen política de ficción, para su consumo en las gacetas seriadas de TVE y medios de comunicación afines. La cosa no sería tan grave si no hubiesen equivocado el género y donde querían escribir un relato heroico de fantasía épica les esté saliendo un drama social.

No sorprende que Der Spiegel, hable abiertamente de <<quiebra política>> en España. Y no es el único periódico que lo hace. Solo el último que se ensaña, a falta de noticias estivales, con el gobierno de Rajoy. Un ensañamiento que, por desgracia, tiene base y justificación. Estamos en bancarrota política, económica y moral. El gobierno debería liderar al país en busca de la catarsis que precisamos para remontar esta situación, pero su guión, cada vez se parece más a la trama de Misericordia de Benito Pérez Galdós, novela en la que Benigna – Benina o  Nina para los amigos – es una criada en la casa de una familia burguesa venida a menos. Tales son las penurias de sus señores, que la criada se ve obligada a mendigar, sufriendo toda clase de calamidades, entre ellas la cárcel, para alimentar a la familia de la que es empleada. Al final, doña Francisca, la “señora” logra remontar su situación económica y despide a la bondadosa Benigna. Toda una metáfora del relato que está escribiendo Rajoy.

España en Venta

De Guindos visita hoy al todopoderoso ministro de finanzas alemán. La última vez que se reunieron a solas fue para preparar el <<rescate financiero>>. La reunión de hoy, con la prima de riesgo a más de 640 puntos y la CNMV obligada a prohibir las operaciones a corto ante la debacle, apunta hacia el rescate total de España.

Si finalmente España se ve obligada a solicitar un Rescate Soberano, y nuestras cuentas públicas pasan a estar controladas por las instituciones europeas, el fracase de Rajoy habrá sido mayúsculo.

La situación que se vivirá en nuestro país no será diferente a la griega. La sanidad y la educación se resentirán aún más. Los funcionarios, desempleados y pensionistas verán recortados sus ingresos hasta en un 30%. La capacidad de inversión en España retrocederá a los niveles de la postguerra civil. Toda una generación sufrirá las consecuencias.

España se enfrentará a una difícil situación: o rechaza el rescate y sale del euro y la Unión Europea, o acepta las condiciones que se le impongan. Ninguna de las dos son fáciles, ni ofrecen ninguna expectativa halagüeña. Será como elegir entre cual de las piernas quieres que te amputen.

Rajoy es el único responsable de esta situación. Demasiadas voces hemos protestado ya contra sus decisiones. Demasiadas veces le hemos pedido – exigido incluso – que pacte con la oposición un frente común ante la crisis. El a lo suyo. Pasando de todo y de todos.

Ahora que ven cercano el rescate, casi sin margen para ninguna maniobra, comienzan a inocular el veneno de la conspiración. Son ya muchas las voces cercanas al PP las que hablan de una conspiración germano – europea contra España. Paranoias para tapar sus vergüenzas, que son muchas y pestilentes.

Las políticas de Merkel son equivocadas de todas, todas. Siempre lo hemos dicho. Pero Rajoy le bailó las aguas y eso perjudicó nuestros intereses. También hizo mucho daño a otros países de la UE. Se podría haber evitado. Pero no se hizo porque se fue presuntuoso y dogmático.

La solución para España y el euro no es catalogar Europa como el enemigo. Al contrario, más Europa salvaría a todos. Pero una Europa real, de las personas, no de los mercados. Los trabajadores españoles y alemanes tenemos más cosas en común que diferencias. Unos Estados Unidos de Europa ya habrían dado respuesta a todos los problemas de deuda; de hecho, no se hubiesen producido nunca.

Pero Rajoy no cree en Europa. La usó para llegar al poder. No la comprende. Ya así nos ha ido. Ahora, cuando han sido sus decisiones – no las de Europa – las que nos sitúan en el borde del abismo, despierta los fantasmas de la conspiración y la conjura. Rajoy, eres un mamarracho.

 

Miedo al agua

No existe mayor absurdo que un buzo con miedo al agua. Por desgracia, abundan los buzos de secano  en esta sociedad aséptica y light, que solo come yogurt si está enriquecido con bifidus. Una sociedad de parroquianos que aspiran a pasar por la vida sin despeinarse y con la flora intestinal intacta.

Con un país tan preocupado por el tránsito intestinal, no es de extrañar que nuestros gobernantes sean tan cagones. Ningún político en España está dispuesto a mojarse y plantar cara a la Europa de Merkel y Draghi. Prefieren claudicar, mirar hacia ninguna parte, dejar que el tiempo pase y resuelva – si puede – lo que ellos no son capaces de enmendar.

Rajoy dijo que España necesitaba un gobierno que supiese lo que hay que hacer y lo hiciese. Tenía razón. Pero se equivocó al creer que ese gobierno podría ser el suyo. Rajoy nunca ha sabido lo que había que hacer. Tampoco ha tenido jamás la voluntad férrea de hacerlo.

Creyó que regresaría la confianza con solo cambiar de gobierno. Se equivocó. El respeto no lo da el cargo, lo dan los hechos. Y de eso, Rajoy, anda más bien escaso. Desde el principio se mostró sumiso y fiel a las políticas dictadas por Merkel. Luego se mostró partidario de lo contrario. Se ganó a pulso el título de veleta del año. Allá donde vaya el viento va él, pero sin mojarse, que los excesos los paga el hígado.

Ahora plantean una quita parcial sobre las participaciones preferentes de los bancos rescatados. ¡A buenas horas mangas verdes! Eso ya lo dijimos nosotros hace un mes. Aquí, en este mismo blog donde aplacamos la bilis acordándonos de la parienta de los paisanos que gobiernan.

La quita, que no es otra cosa que una capitalización de deuda a lo bonzo, supone que quien invirtió en un banco con afán de lucro, asuma la responsabilidad en las pérdidas. ¿Tan difícil resulta de comprender? Si usted tiene una librería, una mercería o un quiosco de pipas y no vende, se va a tomar por saco. ¿Por qué debe ser diferente en el caso de los bancos? Si alguien deposita dinero en un banco para obtener beneficios, debe también estar a las duras y soportar las pérdidas. Se llama capitalismo.

Sin embargo, en el país de la gomina y el snack dietético, que cada palo aguante su vela parece mucho pedir. Así que el gobierno rescata a los bancos, es decir: socializa sus pérdidas y nos endeuda a todos para varias generaciones, y acepta una “quita blanda”, una quita light, dietética, fácil de digerir.

Una quita como dios manda, o la capitalización de deuda, equivale a un quien lo rompe, lo paga. Y si alguien estafó comercializando preferentes a quien no debía, o dando préstamos a sabiendas que no podrían aguantar las cuotas,  pues al trullo y  a tirar la llave. De paso, no precisaríamos ningún rescate y podríamos centrar nuestros esfuerzos en lograr que Europa asuma la responsabilidad que tienen en la situación de nuestra prima de riesgo.

Pero es mucho pedir a nuestros políticos. Una cosa es cabrear a los currantes y otra muy distinta molestar a los “ahorradores”. A Zapatero le falto un par para pinchar la burbuja inmobiliaria antes de que nos reventara la jeta, y a Rajoy le faltan dos pares para meter en vereda a tanto espabilao. Así andamos, con miedo al agua y bifidus diario.  ¡Hay que joderse!