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Posts Tagged ‘manifestaciones’

ZP y Rajoy, vuestra bandera es la vergüenza

Mañana miércoles se celebrará el día grande de Cruz Roja, el día de la banderita, un evento con más de 100 años de historia. Es un día para la solidaridad, para el esfuerzo compartido a favor de quienes más lo necesitan, el momento idóneo para apoyar la extraordinaria labor que lleva a cabo Cruz Roja en todo el mundo. Pero la celebración de mañana será especial. Por primera vez en su historia, Cruz Roja hará un llamamiento para recaudar fondos contra la pobreza en España.

Este año, lo que se recaude en el día de la banderita no irá destinado a Haití, o a ningún país que haya sufrido un desastre natural o una guerra. Se quedará aquí, en nuestros barrios, atendiendo a los damnificados por la crisis.

Este año, me sentiré más orgulloso que nunca de lucir la banderita en la solapa. ZP y Rajoy la lucen a diario, pero la suya es la de la vergüenza. Esto es lo que han hecho con España: que por primera vez desde la guerra civil, no seamos los que ayudan sino los ayudados.

http://www.cruzroja.tv/index.php?MetaDataID=777260

Gobierno autócrata

En ocasiones pienso que el gobierno cree que somos todos gilipollas. Es la única explicación que se me ocurre. Salvo que, como cada vez más gente empieza a creer, estemos ante un gobierno tirano, déspota y autócrata que responde sólo ante una pequeña y antidemocrática oligarquía.

Es increíble que, mientras la policía estaba zurrando a los manifestantes en la estación de Atocha, el gobierno indultase a un promotor, M.E.A.D., considerado cabecilla de una red de fraude fiscal y condenado en el 2010 por un delito continuado de falsedad en documento mercantil en concurrencia con otro delito de estafa agravada.

El uso abusivo por parte del gobierno del derecho de gracia desvirtúa el Estado de Derecho, haciendo que los ciudadanos tengan la impresión que la justicia solo es clemente con políticos, banqueros y promotores inmobiliarios. Este es el peor favor que se puede hacer al Estado de Derecho, pues cuestiona la igualdad de todos ante la ley, dando una imagen errónea de la realidad.

Soy el primero en considerar que las condenas penales no cumplen en España con su verdadera función, que es la reinserción del delincuente. Considero que muchas condenas son excesivas y que la privación de libertad no es la purga Benito. Al contrario, en muchas ocasiones en la que se aplica es contraproducente. Sin embargo, el uso arbitrario que el gobierno hace del indulto me gusta aún menos.

Este, como otros tantos indultos que acumula la legislatura, me parece injusto e inoportuno. No es el momento ni las formas. Cuando algunos consideramos que se está vulnerando el derecho a la libertad de expresión con multas e indemnizaciones multimillonarias, que llevan a medios enteros a la quiebra, por dar su opinión, o cuando el derecho a manifestación – no frente a las cortes, que debería estar legislado y prohibido, como ocurre en casi todos los países occidentales –, está siendo, a mi juicio, gravemente lesionado, no es el momento de indultar a quien ha sido condenado por los tribunales por un delito continuado de estafa y falsedad en documento mercantil. 

Aplaudimos a Alberto Casillas

Alberto Casillas, el héroe del Prado, protegió a unos manifestantes que se refugiaron en su cafetería ante las cargas policiales, impidiendo a los antidisturbios entrar en su local a efectuar los arrestos. Aplaudimos su actitud noble y honesta.

Estoy en contra de la campaña de manifestaciones “rodea el Congreso”, antes llamada “toma el Congreso”. Esta acción no es propia de los valores democráticos que dicen defender. Algunos se justifican en la actitud pacífica de sus reivindicaciones y en el “carácter simbólico del mensaje”. ¿Pero que hubiese pasado si la policía no llega a proteger el Congreso? ¿Qué hubiese sucedido si la seguridad en las inmediaciones de las Cortes hubiese sido la normal de una sesión del Congreso de Diputados? Sería ingenuo si creyese que la situación se hubiese desarrollado en perfecto civismo y los manifestantes – entre los que se ha demostrado existían grupos radicales – no hubiesen ocupado el congreso y actuado con violencia contra los diputados electos. Basta el ejemplo de cómo recibieron muchos al coordinador de IU, Cayo Lara, y eso que compartía la convocatoria.

Debemos recordar, también, que muchos manifestantes pedían un “proceso constituyente”. Claro que no todos abrazan las posiciones más radicales, pero sí que todos van a la par. Y este quizás sea el problema y la causa del fracaso de estos movimientos ciudadanos. Empiezan con un conjunto de ciudadanos bienintencionados, hartos de la situación que vive el país, pero cuando inician las protestas, son incapaces de definir con claridad cuáles son sus reivindicaciones. Plantean “cartas a los reyes magos” o la búsqueda de acabar con el modelo político actual pero sin definir con claridad qué modelo es el que ellos defienden.

Rodear la sede de la soberanía nacional para exigir la dimisión de un gobierno y todos los representantes electos y abrir un proceso constituyente, no sé cómo lo llamarán algunos, pero los nombres que a mí se me ocurren no son de buen gusto. Olvidan que cualquier transición, si no quieren que fracase o termine en violencia, se debe hacer de la ley a la ley. Es decir, se puede reformar la constitución, pero siempre según las reglas que la propia constitución establece para su reforma.

Algunos dirán que la Constitución está tan blindada que es imposible su reforma. No es cierto. Cualquier persona  con un mínimo de conocimientos jurídicos sabe que la Constitución Española no es tan difícil de cambiar como algunos dibujan, mucho menos difícil que modificar otras Cartas Magnas Europeas. La cuestión está en tener o no la representación suficiente en las Cortes para plantear estos procesos. Una representación que algunos dicen no se alcanza por la ley electoral. Sin embargo, peor que nuestra ley electoral es la británica, y allí el bipartidismo se ha roto. Si los liberal – demócratas del Reino Unido han logrado más del 20% de los votos (el doble que cualquier partido en España distinto del PP o el Psoe) y han entrado en el gobierno, también lo podrían hacer otras fuerzas políticas en España. Claro, que para lograrlo, no basta con protestar, además, hay que tener propuestas, y de eso andan más bien escasos.

Pese a mi oposición a esta movilización, de objetivos desfigurados y que a mi juicio atenta contra el orden Constitucional, la respuesta de la policía está siendo excesiva en muchos casos. Claro que no son los agentes los responsables, sino los mandos políticos que ordenan las cargas los auténticos culpables. Es una vergüenza que el gobierno y el PP estén criminalizando las manifestaciones, provocando una estrategia de acción-reacción en las calles para deslegitimar las protestas.

Este tipo de actuaciones policiales no tienen nada que ver con lo que la sociedad entiende como una democracia, y están causando un gravísimo daño a la imagen de España en el mundo. Además, por mucho que salgan los políticos del PP felicitando a la policía, la policía no está tampoco a gusto con las cosas que les obligan a hacer y la forma de hacerlas. El Sindicato Unificado de Policía, el SUP, ha cuestionado algunas de las cargas. Se trata de la voz crítica de la propia policía, cada vez más dividida entre quienes creen que estas actuaciones son inevitables y quienes empiezan a estar hartos de ser usados por los políticos en sus estrategias partidistas. Una situación que puede ir complicándose con el paso de los meses y que no beneficia en nada a nadie.

Pero esta vez, la irresponsabilidad no es solo del gobierno. También de los convocantes y de quienes desde partidos políticos y organizaciones varias les han dado alas. Ellos sabrán por qué. Por suerte, aún queda gente honesta, como Alberto Casillas, que no estaba en la protesta, pero que no dudó en defender a los manifestantes. Gracias a personas como él, España sigue teniendo futuro. 

Retomamos el trabajo

Los últimos días no hemos actualizado el blog por cuestiones técnicas ajenas a nuestra voluntad. Por suerte ya se ha logrado solucionar el problema, recobrado el acceso al menú del webmaster, y podemos recuperar este pequeño espacio de opinión.

Nuestro agradecimiento a los hacker que nos han dado unos días de vacaciones.

Estos son los post que teníamos preparados para los días que nos cambiaron (varias veces) las contraseñas de acceso al servidor.

MAREA HUMANA

El sábado 15 de septiembre, una marea de hombres y mujeres de todas clases sociales se han manifestado en las calles de Madrid y en cientos de ciudades españolas para protestar contra la política del gobierno Rajoy. Es el primer hito de un otoño caliente que aún no ha empezado y ya ha logrado alborotar todos los rincones del país.

El PP ha logrado – hay que reconocerle el mérito – poner a todo el país de acuerdo: nadie los quiere. Millones de ciudadanos se arrepienten de lo que votaron. Creyeron que un cambio podría solucionar los problemas del país, pero la situación no ha hecho más que empeorar con un gobierno arrogante y déspota en España; sumiso y servil en Europa.

Rajoy no ha sabido enfrentar los problemas de la nación, que son también los problemas de Europa. Se ha doblegado ante los intereses alemanes, dificultando el camino hacia una verdadera Unión Europea. Cada vez son más quienes perciben Europa como un problema y no como la solución, que es lo que debiera ser. Y gran parte de esta percepción es causa de la falta de talla política de nuestro gobierno, que ni ha sabido defender nuestros intereses en el conjunto de la UE, ni ha dado un solo paso para encauzar Europa hacia una Federación, ni tampoco ha sabido explicar a los españoles la verdad de su política.

No ha sabido explicarla porque, entre otras cosas, su agenda oculta contradecía todas las promesas electorales, poniendo en evidencia la gran mentira en la que basaron una parte importante de su oposición y la campaña electoral que protagonizaron. Incluso la brunete mediática, que siempre les apoyó incondicionalmente, ahora duda abiertamente entre pedir perdón por aupar a la cima del poder a un inepto o continuar dándole crédito y conservar la esperanza que un día depositaron en el PP de Rajoy.

Para colmo, mucha de su acción política ha estado impulsada por clientelismos y una vocación confesional que no responde a los tiempos de la sociedad española. Mientras que la sociedad acepta abiertamente el matrimonio homosexual, el aborto o el laicismo, destacadas figuras del nuevo ejecutivo se empeñan en contradecir la opinión de la mayoría de la sociedad imponiendo sus convicciones religiosas vía decreto ley. La prepotencia y ceguera ultracatólica de algunos miembros del PP les impide comprender que ganar unas elecciones y obtener una mayoría absoluta no es un cheque en blanco, que preferir su opción política a la de otros, y más durante un contexto de crisis como el actual, no significa estar de acuerdo en todo el ideario, siendo necesario un esfuerzo de integración, debate y consenso. Sin embargo, el PP, que no se presenta a la opinión pública como un partido confesional, está utilizando la coyuntura de la crisis para socavar acuerdos sociales importantes, impulsar una legislación inspirada por interpretaciones conservadoras de la religión católica y un desmantelamiento progresivo del Estado del Bienestar.

Por si fuera poco, problemas que sí preocupan a la sociedad, como la creciente islamización de barrios y poblaciones enteras, la creciente inseguridad ciudadana o la falta de alternativas culturales al margen de los mercados, son obviadas por el gobierno y gran parte de sus apoyos mediáticos.

La crisis económica, la primera de las preocupaciones, continua cebándose con los más desfavorecidos, y cada vez alcanza a más gente. Médicos, jueces, bomberos, emprendedores, abogados, trabajadores de todos los oficios, están viendo perder su poder adquisitivo, menguar el valor de su patrimonio, temen cada día más por sus trabajos y les preocupa el futuro de sus hijos, muchos de los cuales ya han tenido que emigrar.

La rabia y la impotencia pugnan con la resignación. La sociedad española se debate entre la insurrección y la aceptación de un destino fatal. Ambos sentimientos son destructivos y perjudiciales para el futuro de España. Y más cuando muchos cuestionan su viabilidad. Urge rectificar la orientación política del gobierno.

Rajoy tiene la obligación de dimitir y convocar elecciones. Lo ha intentado, pero no ha sido capaz de lograr uno solo de sus objetivos. España se siente traicionada, se está aplicando un programa electoral demasiado distinto del que los ciudadanos españoles votaron. Es vital regenerar la vida pública para lograr que los ciudadanos recuperen la confianza en las instituciones y puedan trabajar unidos persiguiendo el mismo fin: salir de la crisis, crear riqueza y bienestar para todos. Pero para lograr la regeneración, que es lo que piden los ciudadanos en las calles, hace falta algo más que leyes y reformas; hace falta un gesto. Los españoles quieren ver que los políticos y los banqueros responden de sus errores, asumen su responsabilidad, reconocen su fracaso y ponen fin al bipartidismo y sus lacras. Mientras no percibamos ese gesto, la gente seguirá manifestándose, las tensiones territoriales y sociales continuaran y será muy difícil recuperar la salud económica.

Tras las manifestaciones que se han vivido en España este fin de semana, Rajoy debe escuchar al pueblo y actuar como un estadista y no como un político preocupado por las próximas elecciones. Es el mejor servicio que podría hacer al país.

Señor Griñán, a los andaluces les importa una mierda el río Loukkos.  

El río Loukkos, por si no lo sabe, se encuentra en Larache, Marruecos, y eso, por si no lo sabe, no es Andalucía, siquiera es España. ¿Puede explicar por qué gasta 650.000 euros del dinero de nuestros impuestos en un estudio sobre los riesgos de  inundación en el tramo final de dicho río? Es usted un imbécil. Usted y todos los que le acompañan en su gobierno, IUCALV incluida. Y quienes le apoyan. Si ellos también son unos imbéciles. Quienes les votan no, a esos los tiene usted engañados.

Mientras se recorta gastos sociales y acude al fondo de liquidez del estado, solicitando mil millones de euros, derrocha nuestros recursos invirtiendo en dinero propio y ajeno donde no se nos ha perdido nada. ¿Qué hay empresarios andaluces allí? Bien, pues que lo paguen ellos, con el paro que hay en Andalucía, no creo que estemos para pagar estudios relacionados con inversiones agrícolas que crearán los trabajos fuera de nuestras fronteras.

La licitación en la que usted se está gastando el dinero no aporta ningún beneficio al conjunto de los andaluces. Ese dinero, un 75% de la UE, lo debería estar empleando en atender a quienes para poder comer están rebuscando en la basura o asaltan supermercados.  Con 650.000 se pueden poner en marcha muchos proyectos cooperativos que creen el tan necesario empleo en Andalucía. Con esa cantidad que usted derrocha en la provincia de Larache, podrían pagarse muchas pensiones y muchos subsidios de desempleo.

Ya sé que no es usted competente en pensiones y subsidios de desempleo, tampoco creo que sea competente en estudios fluviales de países extranjeros y bien que en eso sí que se gasta el dinero. Un dinero que nos suyo, siquiera es de Andalucía, es de todos nosotros, de todos los españoles que pagamos (demasiado) a hacienda. Un dinero que incluso pertenece a los contribuyentes europeos, que nos lo dan para mejorar la situación de la región más pobre del continente y usted lo destina a investigar las inundaciones en Larache. Lo dicho, es usted un imbécil. Los tribunales demostrarán, además, si usted o algunos de sus compañeros de gobierno son, además, otras cosas.

 La dimisión de Aguirre.

Por sorpresa, como suele ocurrir casi todo en España, Aguirre ha dimitido de sus responsabilidades como Presidenta de la Comunidad de Madrid y parlamentaria en la asamblea de esta comunidad. Es una decisión que tiene muchas lecturas, y que rápidamente ha generado docenas de rumores entre los periodistas que siguen la actualidad española.

Por mi parte, soy de quienes creen que Esperanza Aguirre no tiene pelos en la lengua. Nunca se ha caracterizado por la moderación verbal. No creo que sus motivos sean distintos a los que explicó en rueda de prensa: se marcha porque está cansada y quiere pasar más tiempo con su familia. Se trata, por tanto, de una decisión personal, comprensible, y más que respetable. No hay más que decir.

Si aspiró o no a una embajada u otro puesto institucional es cosa del pasado y a nadie le importa. En cualquier caso, la decisión no era suya, por lo que en cualquier caso, los juicios de valor, corresponden hacerlos sobre quienes decidieron o no concederles estas responsabilidades a las que supuestamente aspiró la hasta ayer Presidenta de Madrid. Para que me entienda todo el respetable: no conozco un político que diga no a un dulce como la Embajada en Londres, con lo visten esas cosas. Que Aguirre manifestase su deseo a sus compañeros de partido no es malo; todo lo contrario, demuestra confianza en sí misma y honestidad. Lo malo es andar diciendo que uno no desea tal o cual puesto y hacer todo lo posible por obtenerlo. En cualquier caso, repito, quien debe explicar por qué no Aguirre y sí Trillo, es Rajoy.

 

La Turba Islamista

La conmemoración islámica del 11-S se celebró en los países árabes con el asalto a embajadas norteamericanas y los asesinados de un diplomático y tres funcionarios del consulado de EE.UU en Bengasi. Hoy, las hordas salvajes de los islamistas también ponen en jaque las embajadas de EE.UU en el Cairo y en el Yemen, donde una turba ha intentado asaltar el edificio diplomático y linchar a sus ocupantes.

Estamos contemplando la verdadera cara de las “primaveras árabes”, donde el largo brazo salafista acaparó más poder del que se ha querido reconocer en occidente. De hecho, aún constatando la violencia de las manifestaciones y la coordinación que existe entre los movimientos que han organizado los disturbios en diferentes países, parece que una parte de la prensa española explique lo sucedido culpando, en última instancia, a una película de serie B grabada en EE.UU, como se interpreta de titulares cómo “La inocencia de los musulmanes”, el video que desató la ira.

Se olvidan de mencionar, sin embargo, que la película apenas tuvo ninguna difusión. De hecho, solo se llegó a proyectar una sola vez, a principios de este año. El tráiler promocional, además, no estuvo en internet hasta julio de este año. En ningún momento, ni en su estreno, ni cuando se intentó difundir por internet, causó expectación ni repercusión alguna en los países árabes ni entre las comunidades musulmanas de occidente. Ha sido en la conmemoración de los atentados del 11-S cuando los grupos extremistas islámicos, interesados en celebrar aquellas masacres como una victoria del islam, se ha manipulado a la opinión pública islámica para que se desencadene esta locura callejera contra los EE.UU y por extensión, contra todo occidente.

En cualquier caso, la cinta no deja de ser una forma de expresión, cuyo ejercicio en libertad está amparado por occidente pero que se niega en gran parte del mundo, en especial en los países islámicos. Esta película es burda y fea, siquiera aporta un dato histórico que sea verídico, pero aún así, no supone ningún delito ni ofensa contra nadie. Acusar de provocadora o blasfema a la cinta es tanto como condenar a muerte a todos los ateos. Llama la atención que algunos de los periódicos que se muestran condescendientes con la barbarie islamista, mostrasen su repulsa ante la causa judicial impulsada por los ultracatólicos contra Luis Eduardo Aute. En su momento, nosotros denunciamos la falta de tolerancia de esta denuncia, y nos congratulamos con la absolución del cantautor; ahora condenamos las acusaciones que se hacen contra los promotores de esta película y nos sorprende que otros no lo hagan.

Algunos columnistas se han escudado en la prohibición del islam de representar al profeta. Sin embargo, esta prohibición no existe, es una falsedad alimentada por los grupos extremistas, tal y como han explicado hasta la saciedad importantes teólogos musulmanes, como el argelino Malek Chebel. Pero aunque esta prohibición fuera cierta, solo podría ser considerada como pecado para aquellos que comparten la fe musulmana, no puede, en ningún caso, hacerse extensible a todos. Sería igual que aceptar que las doctrinas morales de la Iglesia Católica tuviesen que ser aceptadas por creyentes, herejes y ateos bajo pene de muerte en caso de no ser respetadas. 

Vuelta al cole

Septiembre es el mes del retorno, el mes en el que la dulce y colorida anarquía del verano se esfuma para que podamos comprobar que la realidad sigue siendo igual de miserable que la que dejamos antes de las vacaciones, incluso peor.

Los pequeños vuelven al colegio, y los políticos a destrozarnos la existencia. Triste mes de septiembre, no merece tanto ensañamiento. La cuesta de cada año, este será aún más dura: la subida del IVA descuadra todos los presupuestos familiares, y aún no han llegado las ayudas para los libros. Algunas asociaciones de padres aseguran que una de cada tres familias no podrán asumir los costes del regreso de los niños a las aulas. ¿Qué hacen mientras nuestros políticos? Pues los del PP andan buscando excusas con las que poder ajustarse las cuentas unos a otros y los del Psoe reinician su guerra de manifiestos.

El PP está cada vez más fraccionado. La derecha española es demasiado heterogénea para soportar la convivencia en tiempos difíciles. La cosa puede acabar como el rosario de la aurora. Ya hay quienes trabajan en el PP para segar la hierba bajo los pies del gobierno e incluso, buscar una escisión. El tiempo dirá si la alianza liberal – conservadora aguantará el envite de esta terrible legislatura.

Los liberales están artos de tanta monja y tanto curilla. Los conservadores, hasta las narices de soportar las decisiones de quienes consideran inferiores por la gracia de dios. Cuando las cosas iban bien y había para todos, todos guardaban las apariencias. Pero ahora la cosa está peluda y las desavenencias de siempre se vuelven más evidentes.

El Psoe, pues un tanto de lo mismo. Hoy han hecho público el manifestó Por un Psoe útil, en el que se reclama un cambio de modelo organizativo y de oposición. La pregunta que me hago en estos casos es ¿acaso el Psoe actual es inútil? Evitaré responder a ella, no sea que me acusen de parcial. Pero queda  claro lo evidente: cuando toda España la está pasando putas, los dos grandes partidos andan a la gresca y preocupados por sus propios intereses. Llega  Septiembre, todo sigue igual (de jodido).

 

 

¿Un gobierno de concentración?

03/08/2012 1 comentario

El 19 de julio se reunieron en el hotel Wellington de Madrid un nutrido grupo de personalidades de la política, entre las que destacaba Jose Bono, Marcelino Orejea, Carlos Solchaga, Acebes y Suarez Pertierra. ¿Qué hablaron? Nadie puede asegurar nada, pero para muchos, esta ha sido una de las reuniones “discretas” que están teniendo lugar durante este verano para preparar el camino a un posible gobierno de concentración o unidad nacional.
Las reuniones implicarían también a conocidos periodistas y empresarios. Tendrían como objeto diseñar la agenda oculta de una transición hacia un gobierno PP-Psoe, que podría tener también la participación de algunos grupos nacionalistas y de Upyd. El gobierno estaría formado por un grupo de tecnócratas acompañado de algunos líderes políticos de las formaciones que darían apoyo parlamentario a este ejecutivo.
Algunos movimientos por parte de los sindicatos y las principales corporaciones profesionales tienen también este objetivo. En este caso, se tratará de garantizar una relativa paz social mediante el control de las convocatorias de movilización y la crítica a las medidas que adopte el nuevo gobierno.
Durante las próximas semanas y meses escucharán bastante la necesidad de que los dos grandes partidos pacten las reformas. Incluso podrán apreciar un llamamiento por parte de medios de comunicación cercanos al PP y al Psoe, pidiendo el gobierno de concentración.
Es la respuesta que el bipartidismo daría en caso de una intervención del Estado. También es posible que se planteé el gobierno de concentración si la situación económica y social empeora aún más.
Que nadie se lleve a engaños. No es el patriotismo ni la emergencia nacional lo que justifica esta decisión. Lo único que se pretende es garantizar la continuidad del bipartidismo y evitar un cambio radical en el panorama político. El Psoe teme que en España pueda ocurrir igual que pasó en Grecia, que la izquierda antisistema los supere en votos. El PP teme una escisión interna y un final parecido al que sufrió el CDS. Para evitarlo están dispuestos a cualquier cosa.
Rajoy es de los pocos que está trabajando para evitar esta eventualidad. Sin embargo, si la situación sigue empeorando, arreciarán las presiones desde su propio entorno y quizás se vea en la obligación de claudicar. El partido socialista ya ha advertido de hasta dónde está dispuesto a llegar para forzar el gobierno de concentración: la ya famosa campaña en las redes sociales “en defensa de Andalucía” es un ejemplo de cómo el Psoe está dispuesto a utilizar a la mayor comunidad autónoma de España como ariete contra la Moncloa. Si es necesario “forzar una crisis” institucional que enfrente a las autonomías con el gobierno de España lo harán sin dudarlo.

 

RESPUESTA MASIVA A LOS RECORTES DE RAJOY

En todas partes,

*Más 800.000 personas en Madrid. 400.000 en Barcelona. 350.000 en Valencia. 70.000 Zaragoza. 50.000 Gijón. 25.000 en Málaga. 15.000 en Granada. 8.000 Santa Cruz de Tenerife, etc.

No se ustedes, pero yo no recuerdo cifras y manifestaciones así desde el NO a la Guerra de Irak. Ayer quedé asombrado del número de personas que me encontré en las calles. Hoy me he sorprendido del trato mediático que algunos medios – en especial los públicos – han dado a las manifestaciones.

A todos los que ayer salimos a la calle para reivindicar nuestros derechos y luchar por lo que es nuestro: GRACIAS, Y QUE NO DECAIGA EL ÁNIMO.

*Cifras ofrecidas por los sindicatos. 

Tomar la calle

Hoy jueves, están previstas concentraciones en todas las capitales de provincia para manifestar la repulsa contra las políticas de Rajoy. Como en los días sucesivos, donde colectivos como el de los bomberos y policías han estado encabezando algunas marchas, confiamos en la participación masiva de la población. Es la única manera de hacer rectificar a un gobierno sordo a toda razón o argumento.

El recorte de 65.000 millones que anunció Rajoy, la subida de impuestos y el resto de las medidas leoninas que se ceba en los más débiles son inútiles. La prima de riesgo sigue 200 puntos por encima de los precios que se justificarían con nuestros fundamentales y las previsiones de recesión para el 2013 son de más de medio punto sobre el PIB, a causa de estas medidas.

Incluso el FMI cuestiona veladamente las políticas de Rajoy. Han sido los primeros en revisar a la baja nuestras expectativas para el año próximo, donde ya auguran una caída de, como mínimo, el 0,6% de nuestro PIB. Rajoy ¿es usted imbécil? ¿No se da cuenta que el problema no está en los funcionarios  ni en los parados? ¿Quiere hacer el favor, de una maldita vez, de darse cuenta que el problema de deuda de los mercados es un problema de la arquitectura de la moneda única?

Hans-Olaf Henkel, uno de los ideólogos de esta pifia de moneda que nos colaron, ha repudiado públicamente su criatura, a la que califica como <<el mayor error de su vida>>. Es uno de tantos y tantos economistas que consideran que sólo una reforma en profundidad del euro puede salvar la economía del continente.

Pero Rajoy no atiende a razones. Mucho menos Soraya, Esperanza o Cospedal. Sus verdades son absolutas. Y si no gusta, pues <<que se jodan>>, como dijo la Fabra. Bien, pues los españoles no nos resignamos a sus verdades de sacristía y penitencia. Saldremos a la calle de manera pacífica y democrática. Os lo pasaréis por el forro, como siempre. Mañana saldrá la <<Espe>> y escupirá alguna de sus lindezas contra los manifestantes. Vale, lo sé, pero ¿sabéis una cosa? Si ladran es que cabalgamos, que se jodan. 

Recortes que llaman a más recortes

La única promesa electoral que le queda por incumplir a Rajoy es una bajada en las pensiones. Al tiempo. Es inevitable, habida cuenta de la marcha de la anti-política del gobierno.

Los gastos sociales tienen un efecto redistributivo. Cuando menguamos la inversión en políticas sociales estamos restando poder adquisitivo a los ciudadanos. No solo es insolidario, pues los recortes se ceban en quienes menos tienen. Además, hipoteca el futuro, pues la educación y el cuidado de la infancia se resienten, perjudicando las expectativas generacionales del país. Para colmo, resulta anti-económico al tener una repercusión directa en la adquisición de bienes y servicios relacionados con el bienestar de las clases medias y el ocio.

Si a esta política de ajuste social indiscriminado le sumamos el perjuicio que causa en el consumo de la subida de impuestos, es fácil comprender que las decisiones del gobiernos nos llevarán a más recesión.

Al disminuir la protección social y subir los impuestos, las familias dejan de consumir. Esta caída del consumo destruye a las pymes, crece el paro y cae la recaudación. Esta caída de la recaudación pública (ingresos por impuestos) fuerza a nuevos ajustes, cada vez más profundos y lesivos que los anteriores.

Es un círculo vicioso que sólo puede romper la inversión pública. Rajoy, sin embargo, parece no enterarse, o no querer enterarse. Aguarda que Europa recupere el pulso económico y España pueda beneficiarse del tirón y las sinergias del viejo continente. El problema es que esta ecuación suya es la cuadratura del círculo, una quimera metafísica.

Las políticas de Rajoy están empobreciendo el país, destruyendo la clase media, generando más despidos y destruyendo el tejido empresarial, en especial a las pymes y autónomos. Con la pérdida de valor de las empresas estamos perdiendo toda posibilidad de alcanzar la recuperación económica.

Culpabilizando a los funcionarios de la situación, cebándonos con este gremio, estamos desaprovechando el potencial que la función pública ofrece. Las administraciones públicas son también agentes económicos, pueden y deben contribuir a la dinamización de la economía. Los funcionarios son grandes consumidores, en vez de restarles poder adquisitivo, habría que incentivar su consumo.

Rajoy lo está haciendo todo mal. Su gestión nos está abocando al desastre. La prepotencia del PP está dividiendo cada vez más a una sociedad que no ha superado del todo sus traumas históricos. ¿Nadie en Moncloa tiene un mínimo de sentido común? ¿Nadie en el gobierno está en condiciones de asumir el liderazgo del que carece el presidente?

Al principio de la legislatura nos jugábamos nuestro futuro económico, pero desde que Rajoy está en el gobierno es mucho más lo que ha puesto en juego: nuestra forma de vida, los valores sobre los que edificamos nuestra convivencia e incluso la misma democracia.

 Rajoy se hartó durante años de gritar a los cuatro vientos que Zapatero era el problema de España. Bien, Zapatero ya no está, y el problema es usted. ¿Qué hará al respecto?